En 1919 la todo poderosa General Electric de Tomas Edison funda una compañía dedicada a la fabricación y venta de transmisores y receptores de radio y durante los próximos 10 años ambas van de la mano, sumando participación y adquiriendo otras como la Victor Talking Machine Company (la compañía del perrito Nipper) dedicada a la fabricación de gramófonos.
Para 1930 la RCA ya es una compañía madura y con suficiente volumen como para independizarse. Así las cosas, en 1932, al mando de su presidente David Sarnoff corta sus lazos tanto con General Electric como con Westinghouse formando una empresa independiente para centrarse en la industria electrónica para el consumidor y el entretenimiento.
La propiedad de las patentes sobre el receptor superheterodino le dan una ventaja inicial pero la innovación e investigación permanente le aseguran una reputación de “gigante de la industria americana” logrando participación en todo el mundo.
En Argentina inaugura su edificio en 1929 en donde se producían no solo discos sino también radios y victrolas. La RCA Victor fue un artífice importantísimo en la vida cultural Argentina con la representación de las personalidades más destacadas de la música, principalmente del tango.
De la historia de la RCA voy a pasar a la historia de esta radio particular, la AQ-6-X, porque también tiene lo suyo. Esta radio no es de mi colección, fue un pedido de unos colegas de la facultad de ingeniería de la Universidad Nacional de Mar del Plata.
En mis épocas de estudiante en dicha institución tuve el honor de desarrollar mi proyecto final en el Laboratorio de Alta Frecuencia (LAF) junto a ingenieros de enorme experiencia en el ámbito de las comunicaciones, la ing. Mónica Liberatori fue mi tutora quien con el ing. Juan Carlos Tulli y el ing. Juan Carlos Bonadeo formaron y acrecentaron mi pasión por la radiofrecuencia.
En 2013, me consultan sobre la posibilidad de restaurar una radio que pertenecía al laboratorio desde muchos años atrás y que había sido parcialmente desmantelada, pero tenía un valor emocional especial. La RCA AQ-6-X carecía del parlante, transformador de salida y una válvula estaba visiblemente rota, para empezar a hablar.
Personalmente cuando encaro una restauración prefiero hacerlo comenzando por el exterior, restaurando primero su gabinete, perillas y todo lo estético para por último pasar al chasis y la electrónica. Esto tiene dos fundamentos, uno psicológico y otro más funcional. El primero es que los resultados son más visibles cuando restauramos el exterior y eso da una sensación de avance importante y gratificante al comienzo cuando parece que tenemos por delante un trabajo imposible. Por otro lado, tengo en claro que, si la restauración exterior no resulta con la calidad pretendida, por ejemplo, si el dial no es posible restaurar, entonces no tiene (para mí) sentido seguir avanzando. Tiene que ser una radio de mucho significado o valor personal para que me involucre si veo que no llegaré a un óptimo resultado exterior.
Alguien podría cuestionar el hecho de darle más valor al exterior que a la electrónica, pero en rigor esto no es así. Para ser sincero, confío mucho más en mis conocimientos de electrónica que en mis habilidades manuales con la madera, laca y otros materiales. Soy ingeniero no artesano y eso lo tengo en claro. Esto me da la plena certeza que la electrónica me podrá llevar más o menos tiempo, pero siempre seré capaz de resolverlo de forma óptima (humildad aparte) mientras que el exterior siempre me resulta un desafío. He aquí un alago para estas personas que me formaron.
Exteriormente tenía sus cosas buenas y otras que requerían atención. Lo bueno es que estaban todas sus perillas originales (menos una lateral) y la serigrafía del dial estaba intacta. La madera, sin embargo, tenía partes en las que faltaba el enchapado.
Como es imposible enchapar solo una parte y que quede todo del mismo tono de madera me decanté por aplicar una chapa de madera a toda la radio sabiendo que con ello iba a perder la serigrafía de los controles y el logo de la marca que estaba estampado en el frente. Pero, esto ya lo había practicado en otras radios, era algo con lo que podía lidiar y obtener buenos resultados.
Luego de lijar hasta dejar la superficie muy suave le apliqué laca nitrocelulósica sin tonalizar para mantener lo más posible el color de la madera.
A las perillas, luego de lavarlas a fondo, las he lustrado con cera de abejas recuperando el brillo característico de la bakelita. Para los detalles dorados solo hace falta algo de pintura, un pincel fino y pulso de maestro Zen.
A primera vista el chasis estaba en un estado preocupante, había cables cortados y no podía saber cuántos componentes estaban faltando. Aquí otro clásico de Argentina, el esquema era imposible de ubicar. Pero en un golpe de suerte, buscando por acá y por allá, encuentro una similitud sorprendente con el modelo 61-X, al menos en su topología general, cuyo diagrama está disponible.
La rareza de este chasis reside en su etapa de salida de audio, un despropósito en mi opinión. Utilizar 6 válvulas podría suponer que existe una etapa amplificadora de RF y que por lo tanto hay alguna mejora en la recepción sobre todo de OC. Sin embargo, este receptor, no es más que un receptor normal (como cualquier otro de 5 válvulas) pero con una etapa de audio con dos válvulas en push pull. ¿en que estaban pensando cuando metieron tanta potencia de audio en una radio de mesa? El sobrecosto de esta válvula no lo justifico desde ningún punto de vista para esta radio, salvo que el mismo chasis fuera empleado en un combinado con un parlante de mayor diámetro. Una sola 50L6 puede producir una potencia de audio suficiente para cualquier radio y ese costo de usar 6 válvulas podría haber ido a la etapa de RF o un ojo mágico y resultar más atractivo comercialmente.
La reparación implicó un juego nuevo de 50L6 para la salida puesto que una de ellas estaba rota y al funcionar en push pull no se puede simplemente reemplazar una dado que el conjunto debe estar apareado en su transconductancia.
Otro detalle de esta configuración es el transformador de salida. En mi cajón de repuestos tengo varios transformadores de salida para una 50L6 pero, ¿uno para un push pull 50L6? Imposible. Quizás en 1942 era cuestión de ir a cualquiera de los omnipresentes comercios de electrónica local y comprar uno, pero en pleno siglo 21 no solo es imposible conseguir uno, sino que ni siquiera han quedado la mayoría de estos comercios.
Algo bueno de haber concurrido a una escuela técnica es que nos enseñaron a hacer bobinados, así que cálculos de por medio, decidí bobinar yo mismo un transformador de salida y el resultado fue muy bueno.
El parlante, que tampoco estaba, era un electrodinámico de 6 pulgadas que pude rescatar de mi stock de repuestos.
Por supuesto, todos los capacitores debieron ser reemplazados ya que la comprobación los mostró en muy mal estado.
Finalmente, luego de hacer todas las comprobaciones eléctricas, fue necesario calibrar las etapas de FI y los múltiples ajustes de RF para obtener una recepción óptima.
Un tema ya recurrente en mis notas es el referido a la seguridad eléctrica. Esta radio no posee transformador de alimentación. Los filamentos están en serie y toman la energía directamente de la red. El chasis por lo tanto es susceptible a darnos una buena descarga. Demás está decir que deberíamos usar la misma con el transformador de aislamiento que he propuesto en notas anteriores. Pero también deberíamos evitar el acceso al chasis. Por alguna razón que nunca entenderé, la mayoría de las radios que llegan a mí lo hacen sin la tapa trasera, da la sensación de que era una práctica habitual eliminarla antiguamente. Por lo tanto, me vi en la obligación de construir una nueva tapa manteniendo el aspecto original.
Conclusiones:
RCA, a pesar de ser una marca de productos masivos, siempre fabricó productos con una calidad por encima de la media. En mi opinión son el símbolo de la industria americana de la electrónica, un equivalente a Ford en la industria automotriz. Productos masivos, de fabricación en serie, con un grado de innovación medio y de una robustez superior.
Esta radio hace honor a ello, con una construcción muy sólida y de generoso tamaño. El mando de las perillas transmite esa sensación de solidez, al punto que el control de sintonía incluye un volante de inercia para mejorar esa sensación.
El funcionamiento es preciso, sin deslumbrar, pero sin problemas. Esto también es algo típico de RCA. Confiabilidad y precisión por sobre espectacularidad.
De nuevo, me hace ruido mental el hecho del amplificador Push Pull. Que se entienda, no es que esté mal, pero, ¿para qué gastar en ese lujo cuando podría haberse usado ese costo en una etapa de RF? La calidad de audio es excelente sin embargo dudo mucho que un usuario común pueda notar una diferencia entre este amplificador y una salida estándar con una sola 50L6.
La sensibilidad de recepción es la esperable para el juego de válvulas, quizás un poco mejor que en radios de menor valor puesto que la calidad de las bobinas empleadas queda en evidencia.
Por último, una nota más personal. Esta es la clase de trabajos que uno puede disfrutar desde el comienzo, no por el trabajo en sí mismo sino por el hecho de hacer algo para alguien a quien considera su mentor. Devolver a la vida una antigüedad de valor para alguien, poder llevar ese sentimiento de alegría y nostalgia, ver la felicidad en sus rostros al transportarse a épocas lejanas… de eso se trata esto, quien lo conoce sabe de lo que hablo.
En mi mente, aun estas dando clases, aun estas enseñando, aun estas inspirando “Bona”.