Aunque, por supuesto, uno podría leer cualquiera de las publicaciones de las radios del sitio para sacar sus conclusiones y datos útiles para su propia reparación, muchos desearían algo más concreto, más específico de su radio y su problema particular. La mala noticia es que ello me es imposible, yo no puedo conocer ni escribir de los cientos de miles de radios que existen y a usted sencillamente no le serviría un compendio interminable de problemas y soluciones particulares para cada radio. Sin embargo, puedo cambiar el enfoque y apuntar a lo contrario, ir por la generalidad ya que, como decía un profesor de física con el que cursé, se debe enseñar a construir la mesa de n patas, porque la mesa de 4 patas es un problema particular que podrán solucionar si entendieron lo anterior.
Por tanto, sin más introducción, comencemos con acotar un poco el tipo de receptores que abordaremos para ver sus problemas más habituales:
- Se trata de receptores tipo supeheterodinos, de AM y OC. La FM la dejamos afuera por ahora aunque los conceptos son los mismos.
- Mayormente valvulares pero nada impide aplicar a los transistores.
- Alimentados directamente de la red, no desde baterías.
Huelga decir que deberemos contar con un mínimo de conocimientos acerca de los distintos componentes de la electrónica, conceptos básicos de electricidad y herramientas específicas como multímetro, soldador de estaño y, muy recomendable si no se siente un héroe, un transformador de aislamiento como el de esta nota.
Comencemos por una de las averías más frecuentes, la fuente de alimentación. Si la radio no enciende es probable que tengamos algún problema aquí.
La mayoría de las veces nos encontraremos con solo dos tipos de fuentes fácilmente identificables, la primera con transformador y que rectifica onda completa y, la segunda, sin transformador con rectificador de media onda. Los motivos de la elección de una u otra por parte del fabricante ya los hemos hablado en otras notas.
El transformador suele ser un elemento muy confiable, sin embargo, si la radio fue almacenada en un lugar húmedo puede ocurrir que alguno de sus bobinados se encuentre cortado y en cuyo caso no tendremos salida de alguna o todas sus tensiones (de acuerdo a si está abierto el primario o alguno de los secundarios). Es simple darse cuenta, medimos sus bobinados con el multímetro en función resistencia y deberíamos encontrar una resistencia del orden de algunos cientos o incluso al kilohm en el primario y el secundario de alta tensión y unos pocos ohm en el secundario de filamentos. Una resistencia infinita o muy baja sobre el primario o secundario de alta nos indicaría un bobinado abierto o en corto y en cuyo caso no deberíamos continuar sin reemplazar o rebobinar dicho transformador.
En otros casos con el multímetro no es tan fácil detectar el problema. Esto es cuando hay algunas espiras en corto, en ese caso el transformador experimenta un mayor calentamiento y algunas desviaciones de las tensiones de salida. La solución es la misma que en caso anterior. Por supuesto, para la comprobación final del transformador será necesario medir todas las tensiones de sus secundarios, entre 200V y 300V para el de alta, entre 4.5 y 5.5V para el que alimenta el filamento de la rectificadora y entre 5.5V y 6.5V para el que alimenta el resto de los filamentos. Pero, tener en cuenta que estos valores son referenciales y siempre hay que corroborar con los indicados por el fabricante.
Como elemento activo, en ambos tipos de fuentes, se usa una válvula rectificadora. Esta válvula es una de las que más sufre debido a la alta corriente de placa que debe suministrar y por lo tanto es una de las que más frecuentemente muestra síntomas de agotamiento. Por supuesto, si la válvula no enciende es porque directamente está quemada. Tengamos en cuenta que, si estamos ante una radio sin transformador, con filamentos en serie, ante una sola de ellas quemada, ninguna encenderá, con lo cual, antes de cualquier reparación deberíamos estar seguros que todos los filamentos de las válvulas están bien midiéndolos con el multímetro. El pinout de cada válvula es fácilmente identificable descargando de internet su datasheet. Si los filamentos parecen bien entonces pasamos a analizar su emisión. Aquí la forma fácil de darse cuenta si es necesario sustituirla es medir la tensión continua rectificada, una baja tensión significa que el rectificador tiene baja emisión y puede ser un síntoma de que debe ser reemplazado. Pero ojo, el siguiente elemento puede dar síntomas parecidos.
Casi con seguridad que la mayoría de las veces los capacitores electrolíticos de la fuente suelen ser el blanco de todos los problemas. Y es que estos tienen la desagradable costumbre de secarse con el paso del tiempo y perder por completo su capacidad. Aquí, dos opciones, puede optar por reemplazarlos directamente si ve que los mismos tienen ya más de 30 o 40 años (es mi recomendación) o, puede ver los síntomas y ser más selectivo. Un capacitor seco genera ruidos como ronquidos en el parlante, un zumbido muy fuerte (ruido a alterna) y una baja tensión de la fuente de alta.
Un último elemento, que también es proclive a generar problemas es el bobinado de choque. Este simple bobinado tiene la función de suavizar el rizado de la fuente, pero al trabajar con corriente continua suele generar sulfatación en su bobinado de cobre al punto de cortarse. Si hay tensión continua a la salida de la válvula rectificadora pero no en la salida de la fuente entonces este choque está abierto y debe cambiarse o rebobinarse. En algunas ocasiones una resistencia de 1200 ohm y 15W es un sustituto aceptable para este choque.
Por último, en las radios sin transformador, en el 90% de las veces nos encontraremos con el resistor de absorción quemado. Este problema común es fácilmente distinguible a simple vista ya que el deterioro es visible y peligroso. No hay alternativa, tendremos que cambiarlo, pero ya hemos hablado en varias publicaciones de mismo.
Siguiendo con las fallas más frecuentes, nos encontramos con la etapa de audio. Si llegamos hasta aquí asumimos que la radio enciende, pero no hay sonido o es deficiente.
Aunque las etapas de salida pueden tener una variedad de configuraciones, en la mayoría de las radios simples de mesa nos encontraremos con una etapa del tipo single-end así que omitiremos las etapas con válvulas en paralelo o push pull que son menos frecuentes.
Lo más simple y evidente de comprobar es siempre el parlante, donde el paso del tiempo suele hacer estragos en su cono de cartón, así que es su vista crítica la que decida si cambiarlo o no, por supuesto, la bobina móvil y de campo (si no es de imán permanente) deben mostrar continuidad ya que de lo contrario están quemadas. Verifique también el libre movimiento del cono ya que se suele acumular polvo que dificulta el mismo y produce distorsiones en el sonido.
Siempre en una radio valvular tendremos un transformador acoplando la salida de la válvula con el parlante, los motivos son tema de otra nota. Este transformador de salida es poco probable que falle, pero no imposible, su primario esta bobinado con un alambre muy fino y una gran cantidad de vueltas con lo que en algunas ocasiones se puede abrir. El síntoma es que no aparecerá ningún sonido en el parlante y la solución es o bien reemplazarlo por uno igual (misma impedancia para misma válvula) o, con mucha destreza, rebobinarlo.
Pero sin duda, y apelando a mi experiencia, quien más problemas genera en esta etapa es la válvula de potencia, generalmente un pentodo. A veces porque directamente está quemada, cosa que podemos advertir fácilmente con un multímetro midiendo su filamento, pero la mayoría de las veces, al igual que la válvula rectificadora, por ser una válvula de alta emisión termina agotada. Y aunque una válvula con baja emisión generalmente funciona igual, si uno pretende recuperar el sonido original no queda más alternativa que cambiarla. Por supuesto, contar con un Tube Tester sería lo ideal en estos casos, pero no imprescindible.
Al igual que en la etapa rectificadora, aquí también los capacitores suelen ser un problema. Los viejos capacitores de papel experimentan un envejecimiento que altera todas sus características, si los medimos nos encontraremos con capacidades muy fuera de las tolerancias y además de peligrosas corrientes de fuga. Por lo tanto, sin mucha piedad, lo recomendable es cambiarlos por versiones modernas de poliéster.
La próxima sección es poco propensa a fallar, pero no imposible y hay algunos problemas típicos. Se trata de la etapa preamplificadora que además es la detectora y CAS.
Esta etapa esta subvalorada para la mayoría y quizás sea porque su buen desempeño hace que pase desapercibida. Una sola válvula realiza tres funciones, es un diodo demodulador, es un triodo preamplificador y además se encarga del control automático de sensibilidad (CAS).
Sin embargo, el talón de Aquiles de esta sección es el elemento más común, el potenciómetro.
Este elemento electromecánico sufre el uso (y abuso) durante años que termina desgastando la pista de carbón ocasionando ruidos y un funcionamiento intermitente en el sonido. Es simple, si al mover el mando del volumen tenemos ruidos en el parlante, de acuerdo con la gravedad de los mismos podemos solucionarlo con un aerosol de limpieza o bien habrá que sustituir el mismo. La mayoría de las veces este potenciómetro (o el de tono) albergan también la llave de encendido, algo que suele dar problemas. Tenga en cuenta en su remplazo que, por este último motivo, los nuevos potenciómetros no suelen ser especialmente adecuados como reemplazo ya que su llave no tiene la rigidez dieléctrica suficiente para trabajar directamente sobre la tensión de red.
Distorsiones, saturación o sonido muy bajo generados por esta etapa suelen estar asociados a alguna resistencia de placa abierta o fuera de tolerancia o bien al capacitor del CAS. Un rápido chequeo con el multímetro podrá darnos pistas sobre las resistencias. Un capacitor de CAS en mal estado suele generar una fuerte oscilación en el parlante.
Y ya entrando en los circuitos de radio, el último de ellos es la etapa de frecuencia intermedia (FI).
Esta etapa es la responsable tanto de la sensibilidad como de la selectividad final de la radio por lo que será el primer lugar donde revisar cuando tenemos una radio que si bien emite sonidos en el parlante la recepción es débil o nula.
En general se trata de un pentodo con un transformador de acoplamiento tanto en la entrada como en la salida resonando a una frecuencia característica llamada frecuencia de FI, en general entre 455 y 475Khz (aunque hay versiones más viejas con FI en valores mucho menores).
La mayoría de las veces, los problemas de esta etapa se limitan a alguna resistencia de placa o de cátodo abierta o fuera de tolerancia, con lo cual podemos darnos cuenta midiendo las tensiones de placa y cátodo sobre la válvula. Por supuesto, los capacitores de papel, como en las etapas anteriores suelen generar algún dolor de cabeza ocasionando silbidos o cambios erráticos en la ganancia de recepción. En algunas oportunidades, sobre todo si la radio ha sido manipulada por alguien poco escrupuloso, los transformadores de FI pueden estar abiertos. Y aunque son bastante confiables no nos libramos de que casi con seguridad debamos realizar un ajuste de sus frecuencias de resonancia para obtener el máximo rendimiento de esta etapa. El procedimiento ya lo hemos descripto en esta nota, pero a modo de resumen, si no cuenta con el instrumental y práctica adecuada mejor no intentar hacerlo. Si así y todo usted cree que puede hacerlo “a oído” mi humilde consejo es que como mínimo haga una marca en los tornillos con pintura y quizás de esa forma pueda volver al estado original luego que se dé cuenta del error.
Pero, sin duda, el grueso de los problemas de recepción se dan en la etapa conversora, que además es osciladora y adaptadora de antena.
La idea no es ponerme a analizar cómo funciona esta etapa ya que puede resultar complejo para quien solo busca reparar una radio lo más rápidamente posible así que voy a repasar algunos de los problemas con los que me he enfrentado en estos años en esta sección.
En general aquí los problemas suelen aparecer en tres elementos fundamentales, las bobinas, tanto osciladora como de antena, el tándem y algún trimer.
Aunque las bobinas de FI siempre están blindadas, por caso, la de oscilación y la de antena, generalmente no lo están y esto suele generar un deterioro mayor que las primeras con el paso del tiempo. Así que si no hay recepción en ninguna parte del dial es probable que la bobina osciladora esté cortada en alguna de sus conexiones. Por otro lado, si ésta funciona, pero la que está abierta es la de antena, es posible que pueda recepcionar al menos la emisora local más potente. En ambos casos, reparar una de estas bobinas no suele ser una tarea fácil y requiere gran destreza manual. Lo ideal sería cambiarla, pero esto exige conseguir una bobina exactamente igual.
Cuidado con alterar el montaje de las mismas, por regla general ambas deben montarse de forma de minimizar el acoplamiento magnético entre ellas y para esto deben esta colocadas de forma perpendicular una de otra o, como en muchos casos, una sobre el chasis y la otra debajo.
Por supuesto, cualquier trabajo en estas bobinas traerá aparejado su posterior calibración.
En el caso del tándem, es frecuente encontrar que sus chapas se tocan y provocan cortocircuito en alguna parte del recorrido. Esto se debe a una manipulación indebida o producto de la suciedad y los años y se manifiesta con chasquidos o ruidos en el parlante al momento de mover el mismo dificultando o imposibilitando la sintonía de emisoras. De acuerdo con el nivel de daño podremos sopesar la sustitución por uno nuevo o intentar repararlo, algo que requiere paciencia y delicadeza para lograr separar las chapas en el punto en el que se tocan. Resista la tentación de colocar productos mágicos como WD40 u otros, estos son útiles para llevar a cabo la limpieza, pero no para reparar un cortocircuito. Si es necesario se puede colocar una gota de aceite en las bolillas del eje, pero no mucho más.
En esta sección siempre encontraremos trímeres responsables de ajustar tanto el oscilador local como el barrido de antena. Estos son muy simples, dos chapas aisladas por una mica y con un tornillo se juntan o se alejan. Suele ocurrir que la mica se ha desprendido y se pueden poner en cortocircuito. Fácilmente con un multímetro podemos encontrar este problema y lo podemos reparar cambiando dicha mica.
Por último, no porque esto sea todo lo que existe sino porque con ello abarcamos la mayoría de las radios, nos queda analizar las fallas en el amplificador de RF o amplificador de alta.
No son muchas las radios que incluyen esta etapa, pero suele ser fuente de algunos problemas característicos. La mayoría de las veces, cuando esta etapa falla, es posible captar al menos la emisora local más potente ya que su mal funcionamiento afecta sobre todo a la sensibilidad del equipo. Los elementos que pueden fallar aquí son los mismos que lo suelen hacer en la etapa conversora, bobinas, tándem, y trímeres. Recurriendo al multímetro podremos echar luz sobre ellos.
Nuevamente, las soluciones son las mismas que en la etapa anterior y que podremos encontrar valiéndonos de un multímetro. Tenga en cuenta que medir los trímeres conectados al circuito no suele ser viable ya que tienen una bobina en paralelo que nos falseará la lectura, por lo tanto, es importante al menos desconectar uno de sus extremos.
Habrán notado que en estas dos últimas etapas (conversora y amplificadora de RF) no hice mención a las fallas en los capacitores, resistencias y válvulas, y esto es así no porque no fallen, que sí lo hacen, sino porque lo hacen con baja frecuencia. Las resistencias de carbón, en todos los circuitos de la radio pueden ser un problema, pero se detectan rápidamente con la medición de las tensiones de placa y de cátodo en las válvulas, mientras que en estas dos secciones es común usar capacitores de mica (por su capacidad) que son bastante más estables y duraderos que los de papel (de mayor capacidad). Del mismo modo, las válvulas usadas en las etapas de radio son de baja potencia por lo que su calentamiento es reducido y por lo tanto su vida útil mucho mayor que las de potencia.
Conclusiones:
Por supuesto, lo aquí descrito no pretende ser una guía definitiva de la reparación de una radio, solo he dado, basado en mi experiencia, los problemas más frecuentes encontrados. Pero la realidad es que la mayoría de las veces el problema puntual no es ni uno ni otro sino una combinación de varios de los que se describen. La práctica y experiencia son fundamental para hacer más fácil su detección.
Otro tema que no hablamos aquí es la sustitución en si misma de componente como capacitores o válvulas que requiere cierto cuidado y por supuesto un stock personal de componentes que se logra con los años ya que no están fácilmente a la venta.
Para finalizar, una reflexión personal. Hace unos cuantos años atrás, mucho antes de que existiera internet para uso masivo, existían una serie de cursos (libros) que se llamaban algo así como: “Aprenda radio en 15 días”, “Aprenda TV en 15 días”, “Aprenda Transmisión en 15 días”…, pudiendo encontrar una diversidad de temas extremadamente amplios. En estos cursos, y lo sé porque yo leí alguno de ellos, las lecciones venían organizadas por día, así si uno seguía las mismas al pie de la letra, a los 15 días se convertía en un experto en el tema elegido. Por supuesto, había algo de “pensamiento mágico” en todo esto, pero, así y todo, muchos dimos nuestros primeros pasos de esta forma y alguno hasta logró ganarse la vida con lo aprendido. Por esto, al margen de que alguien pueda tildar los mismos exagerados por la liviandad de los conocimientos logrados yo les doy mi reconocimiento ya que fueron el disparador para que muchos empezaran o continuaran deseando aprender más del tema. Si buscan en internet seguramente hoy podrán descargar alguno de esos libros, se los recomiendo.
Sin embargo, ya bien entrados en el siglo 21, donde impera la inmediatez por sobre cualquier otra cuestión, incluso al punto de plantearse tiempos ridículos para hacer cualquier tarea seria, me pareció interesante escribir esta nota. Un poco para recordar aquella época en la que aprender era bastante más tedioso que lo que hoy resulta y otro poco para plantear lo inverosímil del paradigma educativo actual.
Evidentemente en 15 días no se podía ser un experto en el tema, obviamente mucho menos en 15 minutos. Pero como se dice, “el que no sabe es como el que no ve”, con lo cual, la idea final de la nota es lograr lo que lograban esos cursos de 15 días, hacer que quien esté interesado logre “ver” no solo por lo que logra aprender sino también por lo que comienza a darse cuenta que no veía y que desconocía.
Y es lógico, a medida que uno más se interioriza de un tema, más se da cuenta de lo que desconoce, por lo tanto, si uno cree que algo es tan simple como para comprenderlo con una lectura de 15 minutos entonces una de dos, o es un genio o es un completo ignorante. Por supuesto, dejando de lado cuestiones triviales. En el medio estamos la mayoría, sin sentir vergüenza por ello, porque de hecho es la condición natural de la mayoría de nosotros, y no hay nada de malo en ello. Lo verdaderamente malo es subestimar el conocimiento o, como ocurre bastante habitualmente, vanagloriase de la ignorancia. En la historia de la humanidad nunca ha sido tan fácil aprender como ahora, tenemos recursos casi ilimitados, gratuitos y accesibles a todos sin distinción para aprender de lo que se nos antoje, sin embargo, mientras en el pasado la ignorancia era vista como algo despreciable, algo que nadie quería para sí y por ello invertía buena cantidad de tiempo y dinero en intentar salir de ella, hoy, tenemos referentes culturales (creo que se llaman “influencers”) y hasta políticos que hacen de la ignorancia un modo de vida “cool”, Esta bueno ser ignorante, es el mensaje que se difunden y que se ha naturalizado. La cultura del esfuerzo y del mérito ha sido desplazada por la de la liviandad, la del hoy y ahora.
En fin, y para no aburrir más, sinceramente, espero que esta nota haya servido como disparador para seguir aprendiendo, para no quedarse con lo que ya sabemos, independientemente de si tenes 20 o 60 años. Siempre me regocija el alma cuando veo a una persona que pregunta con intención de aprender, que quiere saber más y del mismo modo, no tengo vergüenza de preguntar cuando no sé, porque siento que me capitalizo.
Es poco probable que luego de leer la nota hayas podido encontrar el problema concreto de la “radio xx” y repararlo, pero espero haber despertado esas ganas de aprender más porque como dicen, el saber no ocupa lugar, por lo que nunca estarás “lleno “de conocimiento.
Para reparar esa “rara radio que te quita el sueño”, los invito a participar del foro, preguntando, pero, sobre todo, respondiendo, porque uno puede ser un ignorante en algunos temas, pero un maestro para otros. Y se los digo de corazón, se siente muy bien ayudar a otros de forma desinteresada y cada uno de ustedes pueden hacerlo allí.
20 noviembre, 2024 at 07:21
Hola, despues de leer su articulo lo unico que puedo hacer es reconocer su grandeza humana, tambien a nivel tecnico sin duda alguna, pero ese alegato final de la humildad y el valor de preguntar cuando no se sabe algo … no tiene precio y se tendria que inculcar desde la infancia, en las escuelas, creando seres humanos dueños de si mismos, con criterio y sin dependencias. Crecer fisicamente “es fácil”, mentalmente no tanto.
Gracias por ser y estar.
20 noviembre, 2024 at 08:20
Muchas gracias, muy sentidas tus palabras y un aliciente enorme a continuar con este tipo de notas. Bienvenido por el sitio