Algunos recordarán o pueden leer aun la primera nota en el comienzo de VintaRadio, precisamente está dedicada a la serie de transoceánicas Zenith H500 y 600. Y no es solo casualidad, cuando comencé con este proyecto pensé que una buena forma de arrancar era mostrando algo de lo que me enorgullecía, y al menos esa es mi visión sobre las radios Zenith, un ícono de la industria americana por sus prestaciones y robustez típico de mediados del siglo XX.
La serie de transoceánicas de esta marca suelen ser muy valoradas por los usuarios y coleccionistas y, por lo tanto, de precios bastante elevados en general. Así que, para personas como yo, que solo tienen el coleccionismo como una afición, puede ser algo oneroso y difícil de justificar en las finanzas familiares una adquisición de este tipo. Pero, afortunadamente, siempre hay buenos amigos como Juan Martinez, quien ya ha colaborado enormemente con excelentes ejemplares, y que, en este caso, lo hizo con esta fantástica Zenith G500.
La Zenith G500 es un modelo interesante por ser la precursora de toda la serie de transoceánicas valvulares con válvulas miniatura y que serviría de base para los modelos posteriores. Y como cualquier modelo de transición tecnológica que se precie, solo estuvo en el mercado 18 meses (desde 1949 a 1951) para darle paso a la serie H500. Esto también le concede el título de “rareza” en la actualidad, lo que aumenta considerablemente su precio. Es esperable pagar hasta un 50% más por este modelo respecto a una H500.



A primera vista el modelo se ve casi igual al anterior 8G005, salvo por pequeños detalles estéticos como el tamaño de la insignia de Zenith que ahora se hace más grande y llamativo como reclamando el título de “realeza en el mundo de las radios”. Pero la verdadera evolución surge en la electrónica, al pasar de las válvulas con zócalo loktal del modelo 8G005, muy robusto y de mayor tamaño, herencia de los modelos militares, a las pequeñas y más eficientes válvulas miniatura.
En rigor de la verdad, la dinastía de transoceánicas comienza con la 7G605 Clipper y duraría al menos 40 años finalizando con la Royal 7000. Y es que la vara había quedado muy alta con este modelo de 1942 ya que con algunas adaptaciones fue la gran partícipe de las fuerzas aliadas en la segunda guerra mundial, experiencia que Zenith supo aprovechar para continuar con la zaga.

Por lo tanto, en lo que a electrónica se refiere, la G500 estableció el diseño básico que luego se mantendría como estándar para los modelos H500 y 600. Y no en vano el mismo se mantuvo vigente tantos años, éste es una mezcla de ingenio atrevido y simplificación que logra un funcionamiento excepcional para la época. Poco en esta radio está hecho de “la manera tradicional” y en su lugar los ingenieros se permitieron salirse de lo establecido para lograr esa perfecta combinación de calidad, confiabilidad y prestaciones.

Pero adentrémonos en el mismo, hablemos de su eficiencia. Está claro que si se busca optimizar el consumo de energía para poder usar la radio tanto conectada a la red como con baterías hay ciertas cosas que se deben hacer como, por ejemplo:
- Utilizar válvulas de calentamiento directo
- Utilizar válvulas de tensión reducida en los filamentos
- Utilizar la menor cantidad de válvulas en especial de alta potencia
Sin embargo, y en especial esta última premisa, atenta contra la eficacia (eficiencia y eficacia suena igual pero no son lo mismo), es decir, podemos reducir la cantidad de válvulas y con ello ser más eficientes en lo que a consumo se refiere, pero podríamos con ello estar reduciendo la ganancia y sensibilidad total del circuito y en consecuencia su eficacia para recepcionar emisoras lejanas.
Aquí Zenith resolvió estos dilemas de forma contundente. Todas las válvulas son de calentamiento directo (sin electrodo de cátodo). Todas son con filamentos de baja tensión. No hay válvulas de más con funciones poco constructivas (como por ejemplo ojo mágico) y, por último, mejoró enormemente la eficiencia de uno de los sectores tradicionalmente más ineficientes, la rectificación, utilizando el recientemente descubierto rectificador de estado sólido de selenio.

Pero, por supuesto, de lo que no podía prescindir era del paso amplificador de RF ya que otorga muchas ventajas en sensibilidad, rechazo de frecuencia imagen y algunos detalles más, aun a costa de sacrificar un poco la eficiencia de consumo. Una decisión lógica entiendo yo. Es decir, con solo 5 válvulas miniatura hizo una de las mejores radios de la historia.
Pero si pensábamos que ya estaba, que con eso ya teníamos eficiencia y eficacia, es porque no miramos bien el circuito. La selección de válvulas no se queda en eso, el juego completo se adapta perfectamente una con otra de forma de hacer los acoplamientos lo más eficiente posible y, además, las válvulas que tienen importancia decisiva en la sensibilidad y calidad de audio como la conversora (1L6) y la salida de audio (3V4) son de grado militar, con mayor vacío y seleccionadas dentro de una estrecha gama de tolerancias. De ahí su elevado precio aun hoy.
Entre este diseño electrónico y el que más adelante usarían los modelos 600 las diferencias fueron mínimas y obedecían más que nada a mejoras tecnológicas. Así, la válvula detectora y preamplificadora 1S5 se sustituiría por la 1U5 que es idéntica salvo que por cambios internos en su formación reduce el típico efecto microfónico. En la misma línea, los modelos 600 incluían un balasto regulador 50A1 que hacía más estable la alimentación de línea.
Es interesante ver la solución de Zenith para conectar su radio a múltiples redes eléctricas, tanto de 117V como de 220V AC o DC. En el diseño básico siempre estuvo presente esa posibilidad por lo tanto decidieron incluir un zócalo en el que se podía acoplar un dispositivo adaptador de tensión para los casos de 220V AC y DC. En concreto, este dispositivo no es más que el clásico resistor de absorción y un (otro más) rectificador de selenio que, a diferencia de lo hecho localmente (en Argentina), Zenith cuidó las medidas de seguridad y protección eléctricas y de temperatura encerrando el conjunto con una chapa perforada.

Y como de la electrónica ya hablamos bastante en la nota de la H500, aquí solo voy a recordar un detalle importante al momento de la calibración. En casi la totalidad de las radios que me ha tocado calibrar, el oscilador local oscila por sobre la frecuencia sintonizada. Esto en la banda de AM comercial es casi una necesidad imperativa. Sin embargo, en onda corta tanto se puede hacer que oscile por encima como por debajo de la frecuencia sintonizada, es indistinto en principio, pero la mayoría de las veces se sigue la misma lógica que en AM comercial. Lo verdaderamente raro en estas Zenith radica que en las bandas de OC de 31,25, 19 y 16 metros el oscilador local oscila por debajo de la frecuencia sintonizada mientras que en el resto de las bandas oscila por encima como es lo habitual. Esto tienen algunas ventajas sutiles, pero ventajas al fin. La válvula 1L6 (osciladora mezcladora) se ve favorecida al trabajar con frecuencias más bajas.

Un sello distintivo de la marca era el tratamiento superficial de los chasis. Cuando casi la totalidad de fabricantes se decantaba por un chasis de acero galvanizado para evitar la corrosión, Zenith, optó por una solución que, a la postre, se muestra mucho mejor. Sus chasis se recubrían de una capa de cobre y se pintaban de un color latón en la parte superior dándole el color característico de la marca. El resultado, ausencia total de corrosión a pesar de los años, excelente conductividad y soldabilidad del chasis. Por supuesto, por otro lado, estas mejoras aseguraban un funcionamiento estable de la electrónica aun con el paso del tiempo y la agresividad del ambiente.
Algo mejorable, pero que en rigor nunca me he topado con ese problema, son los zócalos de las válvulas. Un zócalo de bakelita rígida hubiera dado mejor soporte que los clásicos de Pertinax y que tienden a tomar mucho juego con algo de manoseo.

Una herencia también de la 7G605 es la antena magnética exterior para la banda de AM, pero que ya en este modelo comienza a mostrar la apariencia final de los modelos siguientes. La insignia G500 es parte de la antena desmontable WaveMagnet, que ahora está asegurada a la tapa con tornillos de latón moleteados en lugar de broches como en la serie 8G005. Adicionalmente, la antena telescópica de 4 pies de altura brinda una muy buena recepción en onda corta. Sin embargo, los usuarios más exigentes pueden ir un paso más allá y utilizar la conexión para antena exterior.
El aspecto de la cubierta vinílica del exterior (Tolex) muestra el patrón que se replicaría en todos los demás modelos posteriores. Aunque extremadamente raras, es posible encontrar algunos modelos revestidos en cuero marrón, modelo de lujo, y verde oliva, para uso militar.
Los 4 interruptores rojos debajo del dial destinados al control de tonos también serán un estándar para todos los modelos siguientes.
Conclusiones:
A estas alturas ya muchos se habrán dado cuenta sobre mi predilección por las radios Zenith así que, si mañana hubiera una hecatombe mundial y tuviera que llevarme solo una para sobrevivir, la única duda sería si elijo la 500, la 600 o la Royal 7000.
La calidad está en todo, desde su concepción. Un diseño electrónico robusto e innovador pocas veces usado por otras marcas con una exclusiva selección de componentes hechos para durar. No se escatimaron recursos en ellos sin caer en lujos de dudosa necesidad. Se evidencia un diseño pensado por y para radiófilos o radio aficionados y no decepciona.
Hay dos herencias que dejan claramente su impronta. La primera es la experiencia de su uso por las tropas aliadas en la segunda guerra, la otra, la gran afición de Eugene F. McDonald (El comandante) por la navegación, creando a su pedido una radio con características marinizadas.



Cada vez que veo una radio de este tipo, con sus acabados, manuales y prestaciones inmaculadas me invade un sentimiento de nostalgia y una pregunta reiterativa, ¿Realmente hemos avanzado como seres inteligentes?
Esta radio traía no solo un manual completo al punto de incluir su esquema y hasta algunos ajustes básicos para hacer en su electrónica, sino que también, algunos modelos incluían un juego completo de válvulas de repuesto para que cualquier usuario pudiese reemplazarlas accediendo al chasis sin siquiera necesitar un destornillador. Y cuando digo “cualquier usuario” es eso literal, no se necesitaba ser técnico para ello.
80 años después, bien adentrados en el siglo XXI, el manual de una radio, que no es más que un folleto mal traducido del chino que comienza con la leyenda “No remueva esta tapa, hay tensiones peligrosas” y, miro con asombro la pequeña radio a transistores construida totalmente de plástico y que a duras penas permite sintonizar algunas emisoras de FM (AM ya ni hablar) y su potenciómetro de volumen genera pánico con solo tocarlo, para, luego mirar mi Zenith Transoceanic, cuyo chasis de metal pintado no tiene una muesca de óxido, su exterior de piel sintética está bastante entero, el volumen sube y baja suavemente sin ningún tipo de ruidos y… mejor aún, sus válvulas, esas que se dejaron de fabricar por obsoletas, siguen funcionando como el primer día y, me pregunto, ¿En serio avanzamos?¿En serio este cachivache chino que dura 6 meses es más “Ecofriendly” que mi Zenith que tiene 80 años?…
Nostalgia y reflexión aparte, la radio tiene el mismo funcionamiento impecable de sus hermanas H500 y 600, sonido limpio, excelente recepción y sintonización precisa en todas sus bandas. El éxito de este esquema de válvulas queda evidenciado en que siguió vigente al menos 10 años más luego de su lanzamiento solo con pequeños cambios.
Por supuesto, tuvo competencias, la RCA StratoWorld y la Hallicrafters WorldWide TW2000 cuyos diseños exteriores no solo eran parecido, sino que además usaba el mismo juego de válvulas, no tuvieron ni por asomo el mismo éxito de ventas al menos en estas latitudes. Y es que Zenith no solo lo hizo primero, sino que además lo hizo mejor, el resto se limitó a copiar o emular ese éxito.










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5 marzo, 2025 at 17:25
excelente articulo y excelente radio !yo habiendo tenido noblex 7 mares con fm ,tonomac superplatino varios modelos me quedo por ser mucho mas portatil con la Sony ICF-2010 que afortunadamente la tengo hac e 7 años la consegui usada ,un abrazo
5 marzo, 2025 at 16:12
Como siempre un excelente artículo sobre la legendaria marca Zenith. Aún conservo como una joya un Zenith Royal 1000 de los años 60 que todavía funciona perfectanente. Un cordial saludo desde Barcelona España.
5 marzo, 2025 at 16:19
Hola Enrique, la royal 1000 es realmente una pieza de joyería muy fina digna de conservar. Un abrazo y gracias por estar siempre presente
5 marzo, 2025 at 13:35
Lindo Artículo ! Bien las radios actuales son más prácticas de llevar dentro de la casa o en colectivo, cosa que la zenith no permite, también consumen menos energía y si les das un golpe no se rompen los transistores y las válvulas pueden romperse. Así que son diferentes conceptos. En lo personal las Zenith no me gustan por todos esos motivos prefiero los transistores de época como la Noblex 7 mares o otras de los 70s. Abrazo de LU8ATK