Historia de la radio, empezamos a hablar

El siglo XX recién comenzaba, y en la primera década ya habíamos pasado de transmitir simples puntos y rayas con voluminosos alternadores o sistemas de descarga de chispas a intentar con sonidos más complejos como la voz humana. Las tragedias habían logrado una pequeña paz entre los inventores, tan exigua como lo que tardó en llegar el próximo gran invento. Y, como siempre sucede en la historia, en un momento se junta una genialidad con un catalizador fundamental que lo acelera todo.

En 1906, Lee De Forest, presenta el triodo, el primer tubo de vacío que se puede utilizar como elemento activo en la electrónica, como amplificador, oscilador, mezclador y todo lo necesario tanto para los transmisores como para los receptores. Este fue el gran invento. Mientras que el catalizador, quien mostró la importancia de la radio y del triodo, fue como no podía ser de otra manera, otra desgracia, la primera gran desgracia mundial, la llegada de la primera guerra mundial.

Triodo de De Forest

Una vez concluida la guerra y firmado el Tratado de Versalles en junio de 1919 las pruebas radiofónicas fueron nuevamente autorizadas. Holanda fue el país europeo que dio el primer paso el 6 de noviembre de 1919. La emisora instalada por Hanso Sterringa Idzerda contaba inicialmente con una válvula Mullard de 100W que poco tiempo después fue sustituida por una de 250W. De forma ingeniosa la habitual trompeta del gramófono fue sustituida por un tubo en cuyo extremo había un micrófono que permitía emitir las grabaciones. Mientras que un micrófono de sobremesa recogía el sonido ambiente de las bandas y locutores en vivo. Esta estación cuyo indicativo era PCGG transmitía tres veces por semana un programa anunciado por la prensa con una selección de discos de gramófono, interpretaciones de pequeñas orquestas y un anunciador. Sus emisiones alcanzaron un sólido renombre, no solo en los Países Bajos, sino también en el sur de Inglaterra, en Francia y en la región de Colonia, conociéndose como “los radio conciertos de La Haya”. La PCGG transmitía en 1150m (26Khz) y tenía una cobertura de 800Km. Sus emisiones continuaron hasta 1924 cuando Philips inició en Hilversum la construcción de la PCJJ, la primera emisión europea de onda corta.

Equipo de radio Idzerda
Placa conmemorativa en museo de La Haya

Se hacía evidente que el nivel tecnológico alcanzado en Europa permitía encarar la construcción de estaciones de radios sin mayores problemas y los fabricantes de materiales de radios estaban encantados de hacerlo y llevar mayor impulso al mercado. Pero había un problema, un problema tan viejo como actual de Europa y de difícil solución, el poder público y las reglamentaciones. Para los estados la telegrafía sin hilos representaba un riesgo de difícil control para “la seguridad del estado”. La legislación era tan celosa que la adquisición de receptores era todo un problema y ni que hablar de la obtención de una licencia para una emisora.

En contraposición, en EE. UU, la radio se iba transformando a pasos de gigantes en un sector dinámico y de enormes proporciones. Pero a pesar de todo, ni los aficionados ni los fabricantes de equipos cedían en sus aspiraciones. Tratando de crear un ambiente más propicio, a veces, las estaciones oficiales transmitían algún espacio musical. Por caso, la Compañía Marconi difundía programas variados con motivo de la Olympia Exhibition de 1920. También en Francia desde la potente estación de Sainte Assise se transmitió el 26 de noviembre de 1921 un concierto vocal de la cantante Yvonne Brothier. Esta audición causo tal entusiasmo que forzó la demanda de centros emisores de radiodifusión.

Precisamente en Francia la exigencia social logró vencer la tajante actitud del gobierno y en febrero de 1922, con 1KW de potencia y 2600m de longitud de onda, la Torre Eiffel inicia su servicio de radiodifusión con el siguiente anuncio:

“Allo! Allo! Ici poste militaire de la Tour Eiffel …”

Después seguiría un boletín meteorológico y las cotizaciones de la bolsa, ¡Era solo el principio!

Poco a poco la radio privada fue conquistando posiciones, abriendo en 1924 las célebres emisoras de Poste Parisien y de Radio Toulouse, bajo la estricta fiscalización inicial del estado.

A finales de la década de los 30, el plan de radiodifusión planeado por Gustave Ferrié en 1932, estaba prácticamente rematado. Francia contaba con 14 centros de emisiones tanto de onda larga como onda corta y contaba con programas que se caracterizaban por su amenidad y variedad, ofreciendo boletines de noticias que eran muy apreciados por los radioescuchas.

Yvonne Brothier y Gustave Ferrié

Mientras tanto, en Gran Bretaña, después del éxito alcanzado por la Compañía de Marconi numerosas compañías entraron en contacto con el gobierno para obtener concesiones de radiodifusión, aunque sin conseguirlo. Parece ser que la administración británica, prevenida por el gran desconcierto que por aquellos años dominaba la radio americana, no era para nada proclive a conceder licencias. Se tomaron su tiempo para la elaboración de una normativa adecuada pero lo cierto es que la radiodifusión inglesa, desde su creación, ofreció una singular imagen de eficacia y mesura respondiendo a un proyecto prudente y meditado.

El día 18 de octubre de 1922 se constituye, al fin, la British Broadcasting Company Ltd. (BBC) Integrada por trescientas firmas comerciales entre las que se encontraban General Electric, British Thomson Houston Company, etc. Dos años después, el 17 de febrero de 1924, se difundían por primera vez las campanadas horarias del Big Ben, que siguen siendo la impronta inconfundible de la BBC.

Savoy Hill, primera sede de la BBC

Por el lado de Alemania, la utilidad y el manejo de la radiodifusión eran sobradamente conocidos. Telefunken había instalado potentes transmisores durante la primera guerra que rindieron magníficos servicios. Luego de un periodo de turbulencia y adecuación normativa, para 1925 aparecen nuevas compañías regionales agrupadas en la Reichs-Rundfunk Gessellschaft, federación de empresas que se oponía a todo intento de control estatal.

Duró poco, en enero de 1933 los nazis se hacen con el poder y se impone un sistema unitario al servicio del delirio de III Reich.

La nueva red de radiodifusoras contó rápidamente con 30 estaciones de 100KW de potencia, así como con repetidoras. El Ministerio de Propaganda se dirigió a los fabricantes de radio “sugiriéndoles” la fabricación de un receptor barato y asequible con el fin que el mensaje de Hitler llegara a todos los hogares. Así nacen el Volksempfanger, o receptor del pueblo, un aparato a reacción de escasa calidad, pero suficiente para su objetivo político. La historia es luego conocida por todos.

Volksempfanger junto al ministro de propaganda

En Italia, la vida pública se ve convulsionada desde 1918 hasta 1923 por una serie de conflictos sociales que no contribuían a generar un clima propicio para los proyectos de cierta envergadura. Sin embargo, cuando Mussolini hace su ingreso en 1923, su sistema autoritario acalló las demandas sociales y algunas empresas intentaron explotar la radiodifusión como un monopolio. Tras algunas tensiones entre las distintas empresas, un acuerdo entre Radiofono y Sirac sella la creación de la Unione Radiofonica Italiana (URI) en agosto de 1924. Unos meses más tardes comienzan las primeras emisiones desde una sala del palacio de Corrodi, a través de la pequeña estación de San Filippo, cerca de Roma. A pesar del monopolio de la URI su evolución fue pobre y en 1927 se refunde en una nueva empresa, el Ente Italiano per la Audizione Radiofoniche (EIAR) que con el respaldo de la FIAT y de otras empresas importantes logra la concesión por 25 años.

En cierta forma, el desarrollo posterior guarda mucha similitud del alemán, el gobierno fascista de Mussolini se da cuenta del potencial y en 1930 se inaugura la estación Roma-Santa Caterina y la radiodifusión alcanza un singular privilegio, el de la “apropiación por utilidad pública” de los derechos sobre obras líricas, teatrales, conciertos, etc.

La pretensión de que la voz del Duce entrara en todos los hogares, imitando a la Alemania de Hitler, impulsó la creación de un receptor popular de bajo precio, el Radiobalilla.  

Radiobalilla Italiana

Por el lado de España, la Compañía Ibérica de Telecomunicaciones, que desde 1918 se dedicaba a la fabricación de lámparas de radio inició en 1920 con algunas pruebas de telefonía desde Barcelona, Palma de Mallorca y Madrid con buenos resultados. En 1923 se instaló en Madrid una pequeña estación, conocida como Radio Ibérica, que transmitía en 500m, “aproximadamente”, según la expresión textual de los cronistas de la época. Otra característica era que sus emisiones eran un tanto irregulares y de contenido imprevisible, generalmente entre jueves y domingo, entre las 7 y las 9 de la tarde. A pesar de ello, el 22 de diciembre de 1923 alcanzó un impresionante éxito entre los madrileños transmitiendo el sorteo de navidad desde la Casa de la Moneda.

Sin embargo, la radiodifusión en España no toma verdadero protagonismo hasta que Radio Barcelona EAJ1 inicia sus emisiones diarias regulares el 7 de noviembre de 1924 con un modesto transmisor de 300W en la banda de 325m emitiendo, inicialmente, desde el Hotel Colón de la plaza de Cataluña. De modo gradual, a lo largo del año 1925, fueron apareciendo otras estaciones como Radio Sevilla EAJ5, Radio Cádiz EAJ3, etc.

Sede de radio España 1974
Estudio Radio Barcelona EAJ1

Se intentó regular mediante distintos proyectos en 1933, 1934 y finalmente en 1936 la instalación de emisoras, pero no se llegó a gran cosa y para esa fecha todas las emisoras eran de origen privado. Durante la guerra civil, el gobierno militar se impuso y surge la creación de Radio Nacional, que comenzó sus emisiones desde Salamanca con una estación Telefunken facilitada por Deutsche Reichpost y montada sobre cuatro camiones. El día 4 de julio de 1937 sería trasladada a Burgos, para acabar sus días en A Coruña, por los años sesenta, a golpes de mazo y escoplo en un grave atentado contra la historia y tecnología.

Y a esta altura la mayoría de los lectores se estarán preguntando, ¿y en Argentina?, “hablaste de medio mundo y nada de Argentina”. Bueno, ahí voy. Lo cierto es que no puedo abarcar en una nota la evolución de la radio de cada uno de los países del mundo, por lo que elegí a los protagonistas más relevantes para el mundo hispano, en el camino quedan también actores poderosos como algunos países de Europa, la URSS y, sobre todo, Estados Unidos.

La historia en Argentina es algo bastante popular en el país y comienza con “Los locos de la Azotea” el 27 de agosto de 1920. Este grupo de entusiastas, liderado por Enrique Susini, transmitió la ópera Parsifal desde el techo del teatro Coliseo. Y es por este evento que todos los años se celebra en esa fecha el Dia de la Radiodifusión Argentina.

Los locos de la azotea

Para 1923, el país contaba con dos estaciones de radiodifusión ubicadas en Buenos Aires, Radio Cultura y Radio Sudamérica, ambas con una potencia de 500W en onda media. Sus programas estaban constituidos básicamente por conferencias, boletines oficiales y espacios musicales de todo tipo, siendo muy apreciados las retransmisiones que se llevaban a cabo desde los teatros Colón, Cervantes y Coliseo.

En la década de los 30 se experimentó un espléndido desarrollo, época en la que se instalaron varias emisoras de moderada potencia en la capital federal y el resto de las capitales de provincias. Durante este período surgieron publicaciones periódicas muy importantes como Revista Telegráfica, Radio Magazine y Radio Revista.

Revista Telegráfica 1924
Revista Telegráfica 1924 – Transradio Internacional

Para 1935 se podían escuchar en Europa emisoras Argentinas como Radio Excelsior, LR6 La Nación, Radio Club Argentino, LR3 Nacional, LSZ Radio Prieto , etc.

El Palacio de la radio, inaugurado en 1933, era el único edificio de America del Sur concebido expresamente para los servicios de radiodifusión. En 1938, se ubicaba en él la estación LR1 Radio El Mundo, que con 50KW en onda media y 7.5KW en onda corta era la emisora más potente de Sudamérica.

Ingeniero teniendo en sus manos válvula RCA893
Sede de Radio El Mundo

Nuestro vecino Brasil, tuvo su primer programa de radio emitido desde Rio de Janeiro con motivo de una exposición celebrada en febrero de 1923. La emisora estaba montada en la cima del Corcovado. Sin embargo, las emisiones solo alcanzaban un reducido número de oyentes dado que el gobierno prohibía la venta e instalación de receptores. De todas formas, a raíz de la exitosa experiencia, la administración cambio de postura y en 1924 autorizó la instalación de la estación Praia Vermelha patrocinada por el Radio Club do Brasil.

Conclusiones:

El período entre guerras fue de expansión y consolidación en prácticamente todo el mundo, usada tanto para difundir mensajes de libertad como propaganda por los regímenes autoritarios que pulularon sobre todo en Europa.

Durante la Primera Guerra Mundial el desarrollo de la radio se aceleró significativamente, aunque principalmente con fines militares. La comunicación inalámbrica demostró ser crucial para la coordinación de las tropas, la navegación marítima y la inteligencia. Los gobiernos invirtieron fuertemente en la investigación y el desarrollo de tecnologías de radio, lo que tuvo un impacto duradero en el avance del medio.

En Estados Unidos, la estación KDKA de Pittsburgh es considerada una de las pioneras, iniciando sus transmisiones regulares en 1920. Le siguieron rápidamente otras estaciones en diversas ciudades, marcando el inicio de una era dorada de la radio. Las primeras emisiones consistían principalmente en música, noticias, charlas y programas religiosos.

En Europa, la radio también desempeñó un papel cada vez más importante en la vida social y política. Los regímenes totalitarios, como la Alemania nazi y la Italia fascista, reconocieron el poder de la radio como herramienta de propaganda y control ideológico. Utilizaron las ondas para difundir sus mensajes, movilizar a sus seguidores y demonizar a sus oponentes.

Simultáneamente, en países democráticos, la radio se convirtió en un medio para informar y movilizar a la población frente a la creciente amenaza del fascismo. Líderes como Winston Churchill utilizaron la radio para inspirar a la nación británica durante los difíciles años de la Segunda Guerra Mundial.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, la radio se había consolidado como un medio de comunicación omnipresente y poderoso. Había moldeado la cultura popular, influido en la opinión pública y desempeñado un papel crucial en uno de los conflictos más trascendentales de la historia

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Un comentario sobre “Historia de la radio, empezamos a hablar

  1. Muy buena reseña sobre la historia de la radio.Muchas gracias por mantenernos informados y en cotacto

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