Sangean, haciendo historia

Sangean es de esas marcas que si no estás en tema quizás no conozcas y por lo tanto la dejes relegada frente a los todo poderosos del marketing. Y es que precisamente esa es la única falla, si es que podemos llamarlo falla, que le podemos atribuir a la compañía, su escaso marketing.

Sangean Electronics es una compañía Taiwanesa, no China como algunos piensan, y lo aclaro porque en electrónica Taiwán es claramente el líder mundial de fabricación de chips mientras que China está bastante por detrás. En lo que a los consumidores respecta, la imagen de marca Made in Taiwán es bastante mejor que un Made in China y es que ésta isla ha sabido ganarse el prestigio internacional en innovación electrónica. Por supuesto, eso no quiere decir que Sangean no produzca en China, de hecho, desde 1993 la fábrica de Dong Guan es la más importante del grupo.

La compañía ha estado fabricando radios de alta calidad desde 1974, pueden no parecer muchos años, pero entendamos que todo ese tiempo la compañía se focalizó en una sola cosa, las radios, con lo cual su conocimiento del tema es por lejos de los más altos de la industria. Por otro lado, a diferencia de la mayoría de empresas del rubro, su producción no está externalizada y eso es con el objetivo de mantener siempre un alto estándar de calidad.

En sus comienzos la empresa se dedicó a fabricar para empresas sobre todo europeas como Braun, Siemens o Grundig, también para japonesas como Panasonic, pero con el tiempo dejó de lado ese modelo para sacar las radios con su propia marca. Hoy la empresa que inicialmente contaba con solo 5 trabajadores cuenta con más de 5000 empleados y está presente en más de 100 países.

Entonces, en términos temporales, podemos resumir la historia de Sangean como corta, pero intensa y siempre en ascenso, llegando a la actualidad con una alta reputación.

Y se ve que el tema de cumplir años y afianzar la compañía se lo toman muy en serio en Sangean ya que para conmemorarlo cada 5 años sacan alguna edición especial de modelos destacados. Para ello, en 2014 y en 2019 sacaron variaciones de su popular modelo WR-11 el que con cambios mínimos sigue vigente hasta hoy. Las ediciones de conmemoración se pueden identificar porque ellas agregan la sigla SE (Special Edition) al final del modelo. Y esto también es una característica de Sangean, productos con un extenso ciclo de vida, hechos para durar, a contramano de las tendencias de la obsolescencia programada.

Para festejar su 45 aniversario, en 2019 sacó la WR-16SE, una versión de la WR-11 pero con acabado de madera de nogal y frente color oro rosa, muy delicado y elegante, así como algunos extras electrónicos como el agregado de un puerto USB para carga de dispositivos (de dudosa utilidad) y receptor Bluetooth, que fue base para los modelos posteriores de WR-11.

Quizás, una vez más, al ver la radio exteriormente podamos pensar que estamos ante “una radio más del montón”, cosa que empieza a quedar atrás en cuanto la observamos en detalle y definitivamente descartamos cuando miramos su esquema electrónico. En escasos milisegundos nos daremos cuenta que estamos en presencia de algo distinto y muy sofisticado, algo que rompe los paradigmas de lo que es un circuito de radio. Aunque se sintoniza como una radio analógica y cuenta con perillas y dial que afirman esa percepción en su interior hay un poderoso sintonizador digital con PLL (Phase Locked Loop).

El clásico receptor superheterodino tan omnipresente que pensábamos que ya no podía ser superado es cosa del pasado en esta radio. Y es que, la mayoría de las radios modernas que usan integrados, de una forma u otra no escapan de usar la topología de superheterodino, con etapas conversoras, frecuencias intermedias y todo lo esperable que aquí no tiene lugar. Aquí hay borrón y cuenta nueva, otra forma de pensar un receptor. Y funciona ¡vaya que funciona bien!

Pero basta de palabras, desenmarañando el esquema nos encontramos con el verdadero artífice, el enigmático Si4835 de Skyworks Solutions Inc.

Los conceptos y análisis de un circuito de radio completamente digital pueden resultar en una clase de chino básico para los técnicos acostumbrados a lo analógico así que no me voy a meter en las profundidades del mismo, sino que analizaré el concepto general de cómo trabaja una radio de este tipo, y para ello es mejor observar el diagrama en bloques del Si4835.

La primera función que realiza el integrado es amplificar la señal proveniente de la antena, mediante un amplificador de bajo ruido (LNA), indistintamente de la frecuencia, de forma analógica amplifica todo y por supuesto incluye un control de ganancia para evitar la saturación de esta etapa. La idea de la misma es adecuar los niveles de la señal de RF captada por la antena para los conversores analógicos digital. Aquí no hay distinción, amplifica por igual AM, FM o ruido.

Luego, de acuerdo con la banda que se desea recibir hay un conversor que divide la frecuencia por 90 en caso de FM o la deja pasar en el caso de AM, con esto, todo el contenido de información útil estará en torno a 1Mhz tanto sea se sintonice la banda de AM como la de FM. Esta conversión se realiza con una topología balanceada con el fin de eliminar ruidos de modo común, entre otros beneficios.

A partir de este punto, la señal analógica esta lista para atacar sendos conversores A/D (analógico a digital) y comenzar su procesamiento en el DSP (Digital Signal Processor) que mediante el software incluido se encargará del sintonizado, filtrado, demodulación y normalización de nivel de audio, entre otras muchas funciones que se puedan añadir al software. Este es el corazón que da vida a toda la radio. Demás está decir que las ventajas de realizar todas estas tareas por software son enormes ya que no solo se pueden tener filtros matemáticamente perfectos lo que redunda en una impresionante selectividad sino también todo lo referido al manejo del audio y los ruidos que pueden ser optimizados mediante algoritmos específicos y muy precisos. Es como escribir en un papel la lista de deseos para luego volcarlos en un programa que los cumpla. El límite está puesto en la capacidad de memoria y potencia de cálculo de éste DSP, un microprocesador especialmente diseñado para el manejo de señales analógicas que incorpora un juego de instrucciones específico y optimizado para tal fin. En el mundo digital, mediante software, es posible realizar cosas que serían muy difícil o imposibles de forma analógica. Por otro lado, su uso hace completamente innecesario cualquier ajuste o calibración como sería de esperar en una radio analógica con su consecuente mejora en la confiabilidad y prestaciones a largo plazo. El abaratamiento de la fabricación de chips (y por supuesto el avance tecnológico) hace posible tener en una pequeña radio más potencia de cálculo que la que podría haber tenido el Apollo 11 en su misión a la luna.

Sangean ha sabido sacar provecho de la tecnología DSP tanto es así que casi todos sus modelos, desde una económica radio de bolsillo como la DT-200X hasta la estrella de sus productos, la ATS-909X2, pueden disfrutar de sus bondades sin que ello implique un sobrecosto difícil de asimilar para los usuarios.

Por supuesto, una vez que el DSP hizo su trabajo, tendremos la señal de audio útil en formato digital, así que habrá que pasarla por conversores D/A (digital a analógico) para continuar con la amplificación. Un detalle, la salida del DSP es estéreo. La radio es mono con lo cual se realizará la correspondiente mezcla de canales antes de amplificarlos, pero éste hecho hace que los diseñadores tengan en sus manos un sintonizador digital estéreo de excelentes prestaciones capaz de usarse en toda una gama de receptores, desde los más económicos hasta los más poderosos como el Sangean WR-12.

Este integrado (Si4835) fue creado exclusivamente como receptor de radio controlado de forma analógica, o sea, para reemplazar los circuitos de radio analógicos tradicionales sin que el usuario note un cambio en su uso. Sin embargo, la tecnología del DSP es muchísimo más amplia y diría que casi omnipresente en la vida cotidiana ya sea en electrodomésticos como en equipamiento de mucha más tecnología. Cualquier sistema de audio de calidad de hoy día es probable que incluya varios DSP.

La sección de audio se le deja al TDA7266, ¿les suena conocido?, pues claro, es el mismo que utiliza la Tivoli One, y en ese sentido no hay nada nuevo que decir que no se haya dicho en dicha entrada. Aunque aquí está más claro, o más justificado, el desperdicio de medio integrado al usarlo en configuración monoaural ya que prácticamente el mismo circuito se usa en la WR-12 que es estéreo.

Sin embargo, una cosa es usar el mismo integrado de audio y otra es tener el mismo sonido. Ello depende no solo de la electrónica sino también del parlante y de factores constructivos como el gabinete, por supuesto, también del sintonizador. La Sangean también incluye una salida tipo Bass Reflex en su parte posterior con lo que mejorar la respuesta de bajos y, carece de lo mismo, controles de tono. El modelo WR-12 si los tiene.

Las modas y tendencias actuales hicieron que la radio incluyera también un receptor Bluetooth, algo que será apreciado por los más jóvenes pero que a mi criterio no es gravitatorio. Seamos sinceros, es poco probable que un joven gaste dinero en esta radio (porque no es más que una radio) para usarla como parlante bluetooth cuando por menos puede tener un equipo más específico y de mejor calidad, por otro lado, alguien de cierta edad (como yo) le es indistinto si tiene o no bluetooth ya que compramos el equipo para escuchar radio no música o Spotify desde nuestro Smartphone.

La construcción general, las placas de circuito impreso, el acabado general y todos los detalles de esta radio no tiene fisuras (en la Tivoli me genera algunas dudas), al verla y tenerla en nuestras manos da la sensación de calidad que si no supiéramos su procedencia pensaríamos que estamos frente a un producto europeo o el más alto exponente de la industria norteamericana. El hecho de incluir su fuente de alimentación con un generoso transformador dentro del mismo gabinete ayuda a esa percepción.

Conclusiones

Una marca tan rica en modelos es imposible recorrer en una sola nota, por lo que en próximas entradas veremos otros modelos icónicos.

Cuando analizamos la Tivoli One en esta entrada, dije que había alternativas más económicas y muy buenas, esta radio es una de ellas.

Si bien no podemos decir que su apariencia sea la misma, ciertamente tienen un aire.

En lo que a precios se refiere, la WR-16SE (o la WR-11) se vende por menos de la mitad de precio de la Tivoli, lo que podría llevar a pensar que estamos ante un producto inferior sin embargo es todo lo contrario. Las Sangean tienen una calidad general impecable, todos los detalles han sido cuidado y es muy difícil encontrar algún punto criticable. En la comparación con la Tivoli One, la WR-16, tiene algunos puntos en los que claramente es superior y otros en los que puede quedar ligeramente rezagada pero no pasa por la calidad.

El sintonizador digital de la WR-16 es dramáticamente superior al de la Tivoli (que es analógico), la Sangean sintoniza todo lo que esté en el aire por débil que sea de forma precisa y sin interferencias aun sin antena exterior, es sin duda el mejor sintonizador que he tenido en mis manos a nivel doméstico. Un detalle, la mayoría de las radios modernas se focalizan en la calidad de sonido y en definitiva en la recepción de FM por sobre el AM dando como resultado un desempeño bastante pobre en ésta última banda. Este no es el caso de la WR-16SE, la recepción de AM es impecable, con alta sensibilidad y un filtrado que repele la mayoría de los ruidos típicos de un ambiente doméstico.

En lo que respecta al sonido, me temo que aquí la Tivoli saca ventaja, por supuesto, es una impresión subjetiva, pero el sonido de ésta es más cálido y con bajos más contundentes que la Sangean. Sin embargo, no es que la Sangean “suene mal”, para nada, pero su sonido es más “analítico”, menos expresivo, pero esto es una cuestión de gustos. Ambas tienen potencia de sobra para lo que fueron diseñadas.

Hablando de diseño, en la usabilidad, aunque son muy similares, el dial de la Sangean es más preciso, aunque menos vistoso que el de la Tivoli.   

Constructivamente no hay nada que objetar, la madera está impecablemente terminada, los plásticos son de calidad tanto al tacto como visual y un detalle que a mí en particular me agrada, sigue incluyendo en su interior un robusto transformador de alimentación cosa que la Tivoli perdió hace algún tiempo. Su construcción es sólida y de buen peso.

Si Sangean no interrumpe esta buena tradición es esperable que en 2024 esté lanzando un modelo alusivo por sus 50 años, algo que esperaremos con ansias.

Enlaces:

https://www.sangean.com/en/