En general se suele asociar la FM como una tecnología más reciente en lo que a radiodifusión se refiere y esto es particularmente cierto en Argentina donde su auge llegó en los 70.
Sin embargo, la realidad mundial de la FM no es esta y se puede remontar casi a los comienzos de la radiodifusión.
Edwin Armstrong es quizás uno de los genios menos conocidos y más vapuleado por la industria, pero a él le debemos, entre otros inventos, el desarrollo de la FM. Su nombre está a la altura de Marconi, Edison o Tesla, aunque ellos han tenido mejor suerte con su marketing.
La patente por la invención de la FM le fue otorgada en la navidad de… 1933. ¿Sorprendido por la antigüedad?
Hasta ese momento, la radio estaba dominada por la modulación de amplitud (AM) en donde la señal en banda base (audio) modula (varía) en amplitud la señal de la portadora de alta frecuencia. El sistema tiene algunas ventajas en su implementación técnica, pero en lo que se refiere a resultados todos los radioescuchas ya sabrán por experiencia propia que es particularmente susceptible a los ruidos atmosféricos. Y es que las perturbaciones, ya sean naturales o artificiales, producidas en la atmosfera, afectarán la amplitud de la señal transmitida y por tanto serán demoduladas en el parlante del receptor.
Buscando solucionar este problema, Armstrong, decide cambiar el enfoque de la transmisión radicalmente. Se daba cuenta que el problema era insalvable mientras se siguiera modulando la portadora en amplitud. La genialidad de su invento radica en comprender que si la información de banda base modulaba la frecuencia (variaba la frecuencia) de la onda portadora en lugar de la amplitud, en contra de las creencias de la época, el problema del ruido habría desaparecido.
Pero esto era más fácil decirlo que hacerlo, para lograr una calidad de audio aceptable, el ancho de banda necesario era hasta 10 veces mayor que con la modulación de amplitud y, por tanto, la FM no podría usarse en la banda comercial de 530Khz a 1600Khz. Ello implicaba la creación de una nueva banda en la zona de VHF (Very High Frecuency, Muy Alta Frecuencia, rango de 30Mhz a 300Mhz). En esta banda se tendría el ancho de banda suficiente para poder modular en FM logrando tanto inmunidad a los ruidos como alta calidad de audio.
Con lo que no contaba Armstrong era que su genial invento chocaría con los intereses comerciales de la mayor compañía de radio de la época, la RCA. Al frente de la misma estaba David Sarnoff, quien a pesar de ser amigo de Armstrong no solo no se alegró por el invento, sino que vio una potencial competencia a su imperio.
La guerra se declaró cuando la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) crea en 1933 la banda de 42Mhz a 49Mhz destinada a las transmisiones de FM. Con ello quedaba demostrada la viabilidad de este invento y la competencia para la banda de AM. La RCA presionó a la FCC para limitar la potencia para las transmisiones FM al punto tal que su implementación comercial daba como resultado pérdidas económicas irreparables.
Armstrong, acuciado por las deudas y desplantado por la RCA se suicida en 1954. RCA aún no había reconocido sus patentes y se negaba a pagarle cualquier derecho comercial.
La esposa de Armstrong, Marion, estaba más convencida de los éxitos de su marido que él mismo, así que, luego de su muerte entabla una batalla legal contra la RCA por las patentes de la radio FM; ¡y ganó! En 1967 la compañía que había amordazado el avance tecnológico vio como la FM se imponía y hasta sobrepasaba a la AM.
Mientras tanto, del otro lado del charco, el despegue económico de la posguerra empieza a traccionar por el uso de nuevas tecnologías y la FM encuentra un lugar ideal para su aplicación por la alta densidad de población de las urbes europeas.
Los fabricantes, mayormente alemanes, como Blaupunkt, Grundig, Saba, Normende, Siemens o la holandesa Philips comienzan una carrera con receptores de lujo que incluyen FM, sonido estéreo en muchos casos y exteriores con acabados de mucha calidad.
Durante esta década, en Europa, la banda de FM se extendía desde 87Mhz a 100MHz. La estandarización a la banda americana de 88MHz a 108MHz llegaría algo después.
Es interesante notar que los transistores aun no estaban disponibles por lo que todas esas primeras radios europeas con FM de los 50 eran totalmente valvulares. Cualquiera que esté familiarizado con la electrónica de VHF sabrá que hay más de arte que de técnica en un circuito que trabaje en torno a los 100MHz montado en un chasis y con válvulas. La baja longitud de onda de este espectro hace que cualquier cable o conexión de apenas unos centímetros de longitud terminen siendo un circuito RLC (Resistor Inductancia Capacitor) en sí mismo con su consecuente alteración al diseño “en el papel”. Más sorprendente aun es el hecho de que no solo existían receptores valvulares en la banda de VHF sino también en la de UHF (Ultra Alta Frecuencia) por sobre los 300MHz que desafiaban a los más capacitados técnicos.
En Argentina, dichos receptores no se popularizaron ya que la FM llegó bastante más tarde y por tanto lo hizo de la mano de los transistores. Los primeros receptores en contar con FM fueron la Noblex 7 Mares NT119 y la Tonomac Super Platino. Y si analizamos nuestra realidad de forma geográfica veremos que ambos receptores se vendían casi exclusivamente en los grandes centros poblados como Buenos Aires, Mar del Plata, Bahía Blanca y algunas capitales provinciales, debido, básicamente, a que era en esos lugares donde las emisoras de FM tenían alguna posibilidad comercial.
Y aunque los receptores valvulares europeos de los 50 no son tan frecuentes y mucho menos económicos en nuestro país, la paciencia un día me recompensó con una Philips Sagitta 373 de 1957, con la eficiencia y rendimiento esperables de la industria alemana.
Tiene todas las bandas que estaban disponibles en la época, onda larga (LW) desde 160Khz a 340Khz, onda media (MW) desde 520Khz a 1600Khz, onda corta (KW) desde 6MHz a 12MHz y FM en la banda de VHF (UKW) desde 87MHz a 100MHz. Un detalle interesante es que el control del dial está desdoblado, una perilla interior mueve un dial para todas las bandas de AM y una perilla exterior mueve el dial para FM.
Como toda radio que presuma de su calidad, incluye un “moderno” ojo mágico (EM80), que se visualiza de forma vertical a diferencia de los clásicos de forma circular como el EM4. Insisto, porque creo que ya lo he dicho, la utilidad de estas válvulas es cuestionable desde el punto de vista del aporte al usuario o al funcionamiento y me inclino más por una función marketinera.
Esta radio es “modesta” en lo que a parlantes se refiere, solo tiene uno, pero muchas de este estilo incluían varios parlantes de distintos tamaños para dar mejor respuesta tonal. Sin embargo, se incluyen tres compensaciones de tono, disponibles mediante una botonera, con configuración optimizada para Jazz, Concierto o Voces. Por supuesto también hay un control de tonos con potenciómetro como la mayoría de las radios.
Claramente esta radio fue pensada para el mercado alemán, pero con la idea de exportar por toda Europa, basta con observar su dial con las emisoras alemanas identificadas y el selector interno de tensiones, pudiendo funcionar tanto con 110Vca como con 220/240Vca.
Algo que parece trivial hoy, pero no en la época, es la inclusión de un fusible de protección. ¡Aplausos por ello! Sinceramente, ninguna de las radios, incluso más modernas, americanas o argentinas, incluían protección alguna ante un cortocircuito interno.
Siete válvulas (ECC85, ECH81, EF89, EABC80, EM80, EL84, EZ80) son suficientes para dar funcionamiento al sofisticado circuito, todas ellas con filamento de 6V y de diseño europeo. Podrían parecer pocas válvulas en un primer análisis, pero la trampa está en que también utiliza un diodo de germanio, el OA85 y el circuito en general está perfectamente optimizado para sacar toda la eficiencia de estos tubos.
Conclusiones:
Alemania en los 50 parece haber arrebatado la punta en lo que a innovación tecnológica se refiere a USA y esta serie de radios son ejemplo de ello.
El circuito tiene la eficiencia esperable de éste país, pero también se incluyen lujos propios de otros lugares, sin embargo, todo hecho con medida pulcritud y sin estridencias.
La prolijidad en su construcción se ve por cada rincón que se busque, el chasis es suficientemente complejo, pero a la vez ordenado y pensado como para que una reparación pueda ser realizada sin demasiado esfuerzo a la hora de desarmar.
El funcionamiento es correcto y sobre todo brilla por el sonido en la banda de FM, con buenos bajos y agudos definidos. En las bandas de AM la sensibilidad es la estándar de una radio hogareña. Es probable que un radioescucha exigente encuentre gusto a poco en la sensibilidad de esta banda, pero tengamos en cuenta que éste no es un típico receptor “transoceánico” pensado para el mundo del DX sino más bien un receptor pensado para disfrutar de la calidad de audio en el contexto europeo, donde las distancias no son lo mismo que en américa.
A pesar de que en Europa son relativamente fáciles de conseguir, en américa en general no son frecuentes, así que mi consejo, si le gusta este tipo de radios, cuando vea una o algún amigo, o usted, viaje a Europa, hágase con una de ellas.
Enlaces:
7 junio, 2022 at 09:06
Exelente reportaje Lucas, no pensaba que fuera tan antígua la FM. Creo que Philips es una de esas empresas que no se imponía a las nuevas invenciones, sino que se aprovechaba de ellas para su comercialización. Hermosa Radio “Philips Sagitta 373” para esa época. Gracias por compartirlo.
7 junio, 2022 at 09:13
Muchas gracias Roque, Philips quizás no era la “inventora” de algunas tecnologías, aunque tiene un amplio abanico de patentes, no nos olvidemos que el el CD es un desarrollo de ellos. Lo que sí comparto es que independientemente de si fuera su desarrollo o no, usaba toda la tecnología disponible para sus productos. En este caso puntual, de las radios con FM valvulares, los fabricantes alemanes como Grundig llevaban la delantera
2 junio, 2022 at 21:05
Lucas,un lujo, la historia,el comentario,la radio,las fotos,la puesta en marcha,en fin todo lo que nos mostras es muy interesante.Muchas gracias
3 junio, 2022 at 09:03
Muchas gracias Alberto