El RepWood fue un material muy usado en la primera mitad del siglo XX para realizar hermosos diseños en “madera”. La idea era emular los diseños de la madera tallada, pero en un proceso industrial de producción en serie. Consistía básicamente en aserrín muy fino de madera mesclado con aglutinantes con base acuosa que se inyectaba en un molde de curado con la forma y el diseño que era requerido. El resultado era un panel que se veía como madera sólida con formas y detalles solo posibles de lograr mediante un tallado meticuloso. Este proceso era rápido, económico, permitía su producción en serie y daba como resultado diseños realmente hermosos que resistían muy bien el paso del tiempo.
En nuestro caso veremos su uso en las radios, pero el mismo no se limitó a estas. Yo creo que en realidad su uso debe haber comenzado en los relojes ya que como hemos hablado en otras notas, particularmente Emerson, tuvo un estrecho vínculo con fabricante de relojes como Ingraham que desembocaron en una transferencia tanto de tecnología de producción como de diseños. Era habitual también encontrar muebles decorados con estas “maderas” dándoles un estilo muy trabajado, típico de una época (los años 30) muy ornamentado, con gran cantidad de detalles y elaboración como sinónimo de estatus social.
En ese contexto, podríamos preguntarnos si una radio hecha con repwood era algo realmente de calidad ya que en la época había muy buenas maderas y artesanos para hacer cosas hermosas también. Mi percepción es que quizás los más adinerados lo miraran con cierto desmedro, el mismo que se le da a aquello que simula ser lo que no es. Sin embargo, ya más en nuestra época, estas radios se han convertido en objetos de colección y hasta de culto por las que se pagan precios exorbitantes por algunos modelos particulares como la Emerson Snow White (Blanca nieves) y la Emerson Mickey Mouse. Y no es para menos, como mencioné en la nota de “como vender una radio” el precio se basa en aspectos como la rareza, y de estos modelos son muy pocos los que han sobrevivido al paso del tiempo; la antigüedad, y todos ellos son anteriores a 1940, generalmente de la década del 30; la popularidad en su época, y me imagino que Walt Disney y sus personajes estaban a tope de las novedades en esos años; y por supuesto, el estado de conservación. Con lo cual una radio de estas en buen estado de conservación fácilmente puede superar los U$S1000 actualmente.
Aclaremos otra cosa acerca del RepWood, nada tiene que ver con los diseños sobre madera prensada. La técnica del RepWood se parece más a la inyección y moldeo de plástico actual, pero con una pasta de aserrín y aglutinante obviamente. La técnica de crear formas mediante madera prensada, además de ser muy distinta en su proceso, ya que consiste, utilizando una prensa, en someter un trozo de madera a presiones elevadas que estampen el diseño sobre la misma, produce resultados visiblemente distintos. Mediante el RepWood podemos crear cualquier forma tridimensional, incluso gabinetes completos, con un nivel de detalle altísimo. Mientras que mediante el prensado nos limitamos a diseños en dos dimensiones con relieve relativamente superficial.
Un tema de permanente charla entre los restauradores es acerca de la fragilidad del RepWood. En mi experiencia tengo que decir que no es un material que podríamos catalogar como frágil (si miran el video del final se darán cuenta de lo que hablo ya que accidentalmente dejé caer el frente de la radio), pero sí que tiene algunas diferencias con la madera tradicional. Para empezar, la madera suele tener cierta flexibilidad mientras el RepWood carece por completo, es totalmente rígido y eso hace que si recibe golpes fuertes se quiebre, similar a lo que ocurre con la bakelita. Sin embargo, ha demostrado que resiste muy bien al paso del tiempo, no es atacado por las plagas que habitualmente lo hacen sobre la madera y puede ser lijado y pintado con los mismos métodos que la madera.
Pero sin duda, algo que llama la atención en estas radios de aspecto tan cuidado exteriormente es su electrónica ya que en general no eran más elaboradas que otras mucho más económicas. De hecho, en el caso de Emerson, su electrónica era del minimalismo habitual. En el caso de Crosley o inclusive RCA, había modelos con electrónica mucho más refinada pero que no tuvieron la repercusión de los modelos antes mencionados.
La Emerson A-132 es una radio de 1936 con frente de RepWood mucho más modesta que los costosos ejemplares mostrados, sin embargo, comparte la topología electrónica con todas ellas, sin grandes desarrollos ni prestaciones más allá de cualquier radio estándar de mesa con únicamente la banda de AM comercial.
El gabinete es de dimensiones muy reducidas si tenemos en cuenta que en su interior alberga válvulas de generoso tamaño como la 43 en la salida de audio y la 75 como pre y demoduladora además de un importante parlante de 6 pulgadas electrodinámico. Esto también es un sello distintivo de Emerson en donde sus modelos se caracterizaban por reducir las dimensiones al máximo.
Y si miramos el chasis veremos que el arte no solo estaba en su exterior. De forma tanto efectiva como estética, las válvulas osciladora 6A7 y la de frecuencia intermedia 6D8 se encuentran blindadas con chapas metálicas perfectamente moldeadas a la forma de la misma. Seguramente hubiera sido más fácil e igual de efectivo un cilindro de chapa para generar el efecto del blindaje, pero sin duda esta forma es mucho más agradable a la vista y por supuesto más laboriosa.
Debido a la configuración de filamentos en serie de esta radio, donde todas sus válvulas son de 300mA de corriente de filamento y donde la suma de sus tensiones da como resultado 68.3V surge la necesidad de una resistencia serie para adecuar la misma a los 120V de línea. Como vimos en el caso de la Emerson AX-217 donde habían incluido la misma en el cable de alimentación resultando en una pésima idea, aquí, mejoraron eso usando un balasto (2UR-224). El mismo a los efectos prácticos no es más que una resistencia en la que caen los 51V restantes y por el que circulan los 0.3A de los filamentos, sin embargo, al estar montado sobre un tubo de vacío (en rigor con un gas inerte) se obtienen mejores resultados de disipación. Además, al ser algo diseñado para tal fin se incluye una derivación para alimentar la lámpara del dial.
Estos balastos, en general, ofrecen mejores resultados que una simple resistencia también desde el punto de vista eléctrico. Internamente están construidos de un finísimo alambre de hierro dentro de una atmosfera de hidrógeno y se diseñan para una corriente específica. Esta construcción tiene un efecto estabilizador sobre la corriente ya que cuando por ejemplo la tensión de línea sube y tendería a subir la corriente de filamentos que circula por él, el balasto reacciona aumentando su resistencia con lo que baja la corriente y logra ese efecto estabilizador (dentro de ciertos márgenes por supuesto). Si usáramos una resistencia de alambre común esto no ocurriría y las variaciones de tensión de línea generarían también variaciones en la emisión termoiónica de las válvulas y sus prestaciones. Y aunque en la actualidad su uso podría no ser determinante, en el pasado, las redes eléctricas eran de todo menos confiables con lo que una radio que incluyera esta estabilización hacía la diferencia.
Del modelo A-132 existieron tres versiones, iguales por fuera, pero que tuvieron un cambio en su electrónica. Hasta el número de serie 799301 el control de volumen se hacía controlando la polarización de la válvula 6A7 (osciladora), luego una versión intermedia desde la serie 799302 hasta 819200 realiza unos pequeños cambios en la realimentación de la misma. Pero sin duda, los modelos con número de serie superior al 819200 fueron los que superaron el paso del tiempo colocando el potenciómetro de volumen donde habitualmente se encuentra, en la entrada de la etapa de audio, e independizando la oscilación de la etapa conversora. Seguramente esto redundó en mejor control de volumen y estabilidad de funcionamiento.
Muchas veces los fabricantes se dan cuenta luego de lanzados los productos que el mismo es fácilmente mejorable y corrigen eso en las versiones posteriores.
Conclusiones:
El funcionamiento de la Emerson A-132 es satisfactorio sin embargo pienso que habría venido muy bien una antena de cuadro interna ya que suelen dar mejor recepción que lo que al día de hoy podemos considerar como antena (un cable dentro de la casa de no más de 2 metros de largo). Por supuesto, en 1936 no creo que haya existido ni por asomo la cantidad de contaminación radioeléctrica de hoy día y que hace de la recepción de emisoras lejanas un fastidio.
Pero, así y todo, las emisoras locales entran con facilidad y con excelente calidad sonora.
La solución del balasto también es satisfactoria, más aún si tenemos en cuenta que yo tengo cierta aversión a esta configuración de válvulas en serie por ser tremendamente generadora de calor. En este caso puntual, la radio funciona bien y el calor emanado es aceptable.
El ajuste de la A-132 es de lo más sencillo que se pueda imaginar, solo tres ajustes para las bobinas de FI (cuando habitualmente son al menos 4) a 456Khz y por último ajustar el trimer del oscilador y de antena a 1500Khz. En pocos minutos la misma queda calibrada de forma confiable y duradera, sin duda un diseño exitoso al respecto.
El gabinete no deja a nadie al margen, es simple pero hermoso gracias al trabajo en RepWood que casi termina en tragedia durante una calibración como se puede ver en el video.
Como anécdota de color de esta radio tengo que contar que gracias a escribir esta nota me di cuenta que la radio que pensaba tenía no era tal. Inicialmente, compré esta radio como si fuese una Emerson AL-132, el vendedor me la vendió como si fuese ese modelo y yo la asumí así. Como no tuve que hacer reparaciones de electrónica tampoco le presté atención al chasis. La imagen del exterior coincidía así que nada raro hasta ahí. Sin embargo, cuando empecé a escribir la nota y mirar más en detalle todo el circuito me di cuenta que un par de válvulas no coincidían, en concreto, en lugar de la 25L6 había una 43 y en lugar de la 6Q7 había una 75, válvulas que se presumen similares pero que son de 6 pines en lugar de 8, en rigor un poco más antiguas. Indagando, me di cuenta que el modelo que tenía en mi colección desde hace más de 15 años era una A-132, parecida, pero no igual. El aspecto exterior era el mismo pero el chasis tenia esas ligeras diferencias. Y se ve que el error no fue solo mío, en RadioMuseum, las fotos que corresponden al modelo AL-132 también están mal ya que corresponden al modelo A-132 y es fácil saberlo ya que el primero tendría que tener válvulas metálicas y de 8 pines en la sección de audio mientras que el segundo tiene válvulas de vidrio y 6 pines. Como dicen, siempre hay lugar para sorprendernos y está bueno que ocurra descubriendo nuestros propios errores.
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