Zenith Royal 7000, Presagiando el final

Con la Royal 7000 la serie de las exitosas Trans-Oceanic de Zenith llega al final y no solo de sus radios sino también de la compañía, al menos de la forma en la que se la conocía hasta el momento. 

Para principios de los 80 la compañía se vendió a la coreana LG y significó el fin de los productos Made In USA.

Ahora bien, antes repasemos un poco la historia, en 1957 sale a la venta la Royal 1000 con una marcada impronta de quien era el director de la compañía, el “comandante” E. McDonald, un claro defensor de la innovación por sobre todas las cosas y que había participado de todos los diseños hasta el momento. Pero el destino se interpone y poco después, en 1958, éste fallece.

Y como la mayoría de las empresas conducidas de forma muy personalista y con mano de hierro la ausencia de McDonald la deja funcionando un tiempo más por inercia, pero ya sin un rumbo claro.

En 1962 se presenta el modelo 3000 que no es más que una actualización con FM del modelo anterior.

Para fines de los 60, la presión de marcas internacionales como Sony comienza a hacerse sentir y se lanza al mercado en 1968 la Royal 7000, la joya de la corona.

Para su diseño se toma como base la Royal 3000 focalizándose principalmente en subsanar todos los puntos criticados en ella.

Se dejan de lado los transistores de germanio para pasar a los modernos y más robustos transistores de silicio NPN lo que redunda en un claro aumento de la sensibilidad y una mejor calidad de sonido.

Se agrega una banda meteorológica de VHF (161-164 Mhz), una frecuencia que implicaba no pocos desafíos técnicos en la época, pero con escaso uso práctico fuera del ambiente de los radioaficionados.

En cuanto a las bandas de onda corta (OC) se le agrega un par de funciones también de utilidad para los más avezados. Por un lado, un BFO (Oscilador de frecuencia variable) que permitía la demodulación de señales de banda lateral (SSB) y código morse (CW), por otro un control de ganancia permitía conmutar entre un AGC (Control automático de ganancia) estándar y un control manual. Una llave selectora permitía un cambio en el Q (ancho de banda) del circuito de FI permitiendo aumentar la selectividad al aumentar el Q (NORMAL – SHARP).

Por primera vez se incluye un indicador electromecánico para visualizar tanto la intensidad de la emisora sintonizada como el nivel de baterías. Algo que era criticado como un faltante en los modelos anteriores.

Este modelo, a diferencia de sus predecesores, incluía su propia fuente de alimentación para la red, con lo cual seguía manteniendo la posibilidad de alimentarse con 8 pilas tamaño D o con la red de 220/110 Vca. Sin embargo, la mejora se quedó corta a mi criterio, la iluminación tanto del dial como del frente seguía siendo a partir de una pila (otra además de las 8 anteriores) como lo hacía desde los modelos 600 ya que la fuente de alimentación a partir de la red eléctrica no era capaz de suministrar esa tensión. No comprendo bien cuales pueden haber sido los motivos de dicha elección.

El esquema electrónico revela un diseño elaborado, robusto y sin compromisos, completamente transistorizado. En el sintonizador de VHF se incluye un diodo Varicap destinado a el control AFC (Control automático de frecuencia), éste dispositivo era toda una novedad para la época.

Se incluye una sección destinada a la estabilización de la tensión (regulador de voltaje) con un transistor, necesaria para lograr una confiable y estable recepción en FM.

Voy a ser sincero, la construcción usando la técnica de chasis me genera algunos sentimientos encontrados, pero esto es muy personal.

Por un lado, innovar hubiera implicado que la totalidad de su circuitería estuviera montada sobre circuitos impresos, después de todo eso era lo que la mayoría de los fabricantes del momento ya estaban realizando. Sin embargo, aquí no hay ni un atisbo de placa impresa. Todo ha sido cableado a mano, artesanalmente sobre un chasis de acero siguiendo la vieja escuela.

Ahora, esa elección, la de no usar circuitos impresos, le confiere al conjunto una robustez mecánica sin igual. Capaz de resistir un impulso electromagnético y seguir operando.

Son dignos de admiración las personas que hicieron tal montaje, sin duda esto requería de operarios sumamente calificados para no incurrir en errores o montajes deficientes. Por otro lado, esto debería tener un costo asociado a su producción que difícilmente pueda ser apreciado por un usuario común y resultando en una ventaja para sus competidoras.

El exterior también es, a mi criterio, exquisito. Buena parte de la radio es de construcción metálica con cromados firmes y apliques de cuero. Los plásticos son gruesos y pesados denotando mucha calidad. La radio sin pilas fácilmente llega a pesar unos 6Kg.

Conclusiones

El funcionamiento es impecable por donde se lo mire. La mejora en la sensibilidad se nota y mucho sobre todo en la recepción de onda corta. Los aficionados al DX encontrarán muy útil la posibilidad de “jugar” manualmente con la ganancia, así como la recepción de transmisiones de banda lateral mediante el BFO.

En FM no se queda atrás, el cuidadoso diseño de las etapas de FI así como la estabilidad mejorada del oscilador local hacen que sea muy fácil sintonizar cualquier emisora incluso hoy cuando el espectro se encuentra atestado de frecuencias y en su mayoría con sobremodulaciones importantes que ensanchan su banda hasta límites más allá de lo técnico/legal admisible.

En resumidas palabras, este era el mejor equipo que cualquier usuario podría comprar, es cierto que Sony ofrecía un modelo (CRF-320) de mejores prestaciones y con un display digital para la frecuencia que la colocaban “un escalón por encima”. Sin embargo, visto en retrospectiva, la Royal 7000 se logró convertir en un objeto de culto y despertar pasiones que no logro visualizar en la Sony y dan prueba de esto la avidez de los coleccionistas por esta “bestia americana”.