Si bien yo ya tengo mis años, no soy un contemporáneo del reinado de las válvulas. Para cuando nací, el transistor ya dominaba la electrónica y las válvulas estaban en franca retirada. Así las cosas, de adolecente mientras estudiaba para técnico, ya nadie hablaba de ellas, salvo por un profesor al cual admiré mucho (Ing. Angel Bocchio). Más tarde, en la facultad de ingeniería, a mediados de los 90, el tema solo se tocaba a la hora de hacer humor con algún profesor entrado en años.
Por lo tanto, todo lo que hoy sé sobre válvulas es conocimiento que he adquirido y experimentado de forma autodidacta.
Y, en rigor de los hechos, podemos decir que aquellos presagios de apocalipsis valvular fueron un tanto exagerados. La válvula se reinventó y encontró su nicho sobre todo en el audio. Por supuesto, con una fracción ínfima del mercado que supo gobernar.
Al aprender electrónica desde los transistores en adelante, uno, o al menos yo, tiende a pensar que una válvula es similar a un transistor si dejamos de lado la física de su funcionamiento. Pero, con el tiempo me he dado cuenta que en realidad se parece más a un pequeño circuito integrado. Un transistor es un dispositivo mucho más simple que una válvula en general y, por otro lado, el transistor tiene solo tres terminales (salvo excepciones) mientras que una válvula puede tener un mínimo de cuatro y hasta nueve conexiones. La cantidad y variedad de válvulas que se han desarrollado a lo largo de la historia es realmente muy grande y éste fue el hecho que más me impactó en mis primeras incursiones al tema y me llevó a pensar (ignorancia mediante) que no podría nunca existir un equipo de pruebas de válvulas equivalente a lo que sería un probador de transistores.
Y es que un probador de transistores es algo relativamente simple. Siempre son tres patas, base, colector y emisor (para transistores bipolares), solo vienen en dos versiones, NPN o PNP, y su prueba se limita a inyectar una corriente en la base, medir la corriente de colector y su cociente nos da la ganancia (beta o HFE), fin de la prueba.
Pero testear una válvula… ¡Ahhh señores eso es otra cosa!
Para empezar, el tema del zócalo: octal, loctal, rimlock, noval … y la lista sigue más allá de mi conocimiento. Todos ellos distintos e incompatibles.
Luego viene el tema del tipo de válvula, que determina su función y cantidad de electrodos: Diodo, tríodo, tetrodo, pentodo, heptodo y sus combinaciones, ya que podemos encontrar un doble diodo y tríodo dentro de una misma válvula, y así hasta donde la imaginación llegue.
Si hasta ahora la cosa no parece tan complicada, lamento decir que aún nos falta un detalle, la tensión de filamento. Ésta puede variar desde 1.5V hasta 50 o más volts y debe ser la indicada ya que un valor inferior dará un rendimiento menor y un valor mayor terminará por quemarla.
Por último y no menos importante, la carga que se aplica al ánodo depende también del tipo de válvula.
Dicho lo dicho, resulta sorprendente que un instrumento así haya existido desde el comienzo y que evolucionó conforme lo hacían las válvulas.
Se desarrollaron, que yo conozca, dos tipos básicos de instrumentos: los que medían la emisión de la válvula, dando un resultado cualitativo (bueno, dudoso, pobre) y señalando algún cortocircuito entre electrodos y, los medidores de transconductancia. Éstos últimos, bastante más elaborados y costosos, miden la transconductancia o factor de amplificación de la válvula, o sea, el cociente entre la corriente de ánodo y la tensión de grilla, un equivalente al HFE del transistor.
El medidor de emisión era útil en un taller donde debíamos determinar de forma rápida la edad y estado de una válvula. Pero cuando debemos buscar, de entre un grupo de válvulas, algunas con características similares o particulares debemos usar el medidor de transconductancia. Un ejemplo clásico de esto es en los amplificadores de audio, donde hay dos o más válvulas en la salida conectadas en push pull u otra configuración, es importante que todas ellas estén apareadas, esto significa que el par de válvulas tenga un valor similar de transconductancia, con lo cual habrá que probar varias hasta encontrar un par de características similares.
El Lafayette TE-21 Tube & Transistor Tester es el medidor de emisión con el que me manejo desde hace años, fabricado en 1973, con lo cual es uno de los últimos equipos que se vendió.
Su principio de funcionamiento es muy simple, mediante una serie de conmutadores para cada uno de los pines de la válvula se puede seleccionar a que tensión conectarlos, eligiendo entre tensión de filamento, masa o alta tensión.
La tensión de filamento adecuada se selecciona mediante un conmutador a partir de un transformador de múltiples salidas. Para un ajuste fino se incluye un reóstato que permite corregir las diferencias que puedan existir en la misma debidas a la tensión de red.
La tensión de ánodo, alta tensión, generalmente es un valor fijo y en este caso está en el entorno de los 100V. Deberemos también seleccionar la carga para el ánodo mediante un reóstato.
La cantidad de conmutadores y controles que tiene éste equipo, y cualquier otro probador de válvulas, hace que se requiera un libro/manual con el seteo de cada uno de ellos para cada tipo de válvula. Es muy ingeniosa la forma en la que lograron hacer esto integrado dentro del mismo instrumento. Como si fuese un roadmap de los que se usan en las carreras de rally, una carta enrollada que puede pasarse entre dos rodillos e iluminada por detrás tiene impresos la posición de todos los controles para la mayoría de las válvulas.
Una vez colocados todos los controles en la posición correcta podemos insertar la válvula bajo pruebas en el zócalo, verificar su encendido y que no haya indicación de cortocircuitos y, una vez alcanzada la temperatura de funcionamiento, cambiar la llave de prueba desde la posición Short a Value observando en el indicador del instrumento el porcentaje de emisión.
Tengamos en cuenta que este resultado es una buena aproximación del estado de emisión del cátodo y que nos puede ayudar a decidir si una válvula aún tiene algo de vida útil, pero no sirve para determinar la calidad de la válvula. La emisión del cátodo depende del estado del recubrimiento que se deteriora con el uso y la temperatura generada por el filamento. Como regla general, las válvulas que trabajan con menos temperatura (menores tensión de filamento) suelen tener mayor vida útil. En cuanto a la calidad de la válvula, que tendríamos que medirla con un medidor de transconductancia, depende básicamente de factores de diseño y constructivos.
Como extra, y quizás en un intento de darle una funcionalidad más acorde a la época, este equipo incluye un probador de transistores, algo poco práctico de usar por el abultado tamaño del mismo.
Conclusiones:
Voy a hacer una confesión personal, cada vez que utilizo este equipo me recorre cierta emoción, la cantidad de controles y el diseño es el sueño de niño jugando a ser científico, no puedo evitarlo.
Ahora, dejando de lado el yo niño, puedo rescatar varias cosas en éste, y por extensión a otros instrumentos como éste, el ingenio puesto en su diseño, no solo en lo que a funcionamiento se refiere sino también a la ergonomía de uso es sorprendente más aún si tenemos en cuenta la época.
La calidad de construcción es inmejorable, totalmente cableado a mano, con todos los cables perfectamente sujetos y soldados, las llaves y conmutadores son de una calidad tal que casi 50 años después siguen funcionando sin fallos.
El equipo fue fabricado en Japón en aquellos años en los que el país del sol naciente se esmeraba por ser una potencia manufacturera de calidad y eso se nota en todos los aspectos constructivos.
El único problema que he tenido con el equipo en estos años fue cuando lo adquirí, hace unos 15 años, la aguja del instrumento estaba trabada, producto sin duda de permanecer sin uso por décadas, algo que se solucionó fácilmente. Hasta las lámparas de iluminación son originales.
El taller de todo reparador de equipos valvulares debería contar con un Tube Tester dentro de su instrumental ya que es un aparato que “arroja luz cuando hay dudas” con alguna válvula. ¿Se puede prescindir de él? Si, por supuesto, pero implica mucho más trabajo, más mediciones y algún que otro recambio innecesario de válvulas.
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18 abril, 2022 at 00:11
Buenas noches soy un aficionado a las radios antiguas a válvulas he aprendido un poco como ayuda de los amigos del grupo de radios antiguas yo también tengo un probador de valvulas hickok tv/3 Que recién compre y quiero saber cuál es primer paso para su restauración buenas noches bendiciones
18 abril, 2022 at 08:27
Hola Hugo, No he tenido oportunidad de ver ese probador específicamente así que solo te puedo dar algún consejo general. También sería interesante saber cual es el estado para saber por donde empezar.
Yo te sugiero que abras un debate en el foro y con gusto podremos ir conversando sobre los problemas que vayan apareciendo en la restauración y como solucionarlos. Saludos
3 noviembre, 2023 at 21:16
Tengo 4 probadores de Tubos, EMC 215 de emisión, Mercury 2000 de emisión de cátodo, Jackson 658-1 y B&K 747B, ambos de transconsuctancia, el B&K lo compré nuevo, nunca usado, fue construido en 1980 y usa un Fet en el circuito de prueba.
Restaure el Jackson, me falta el Mercury y el B&K porque nunca se usó y tengo que cambiar los caps, el Mercury después de buscar pude comprar un par del 6AT6 que usa.
El EMC lo tengo de adorno.
4 abril, 2022 at 18:10
Excelente articulo Lucas. Muy ilustrativo . saludos
5 abril, 2022 at 08:04
Muchas gracias Tito, un abrazo