Para el bolsillo del caballero, una Sanyo RP1250

Comenzaba la década del 70 y el paradigma de que “el tamaño importa” empieza a hacerse añicos de la mano de los japoneses. Y si bien es cierto que las radios pequeñas a transistores ya habían hecho su incursión algunos años antes con ejemplares como la Spica y eran ampliamente aceptadas por el público, esta Sanyo lleva el concepto de pequeño un paso más allá.

Paradójicamente, el transistor fue un invento norteamericano, precisamente de los Laboratorios Bell, pero quienes vieron su mayor potencial estaban al otro lado del mundo. Las compañías japonesas, ávidas de conquistar el mundo, se lanzaron a esta nueva tecnología fabricando productos avanzados y de calidad a precios asequibles.

Sanyo fue fundada en 1947 por Toshio Iue, cuñado de Konosuke Matsushita,​ el fundador de Panasonic (menuda familia), y fue constituida en 1950. El nombre de la compañía significa en japonés “tres océanos”, refiriéndose a la ambición de los fundadores de vender todos sus productos en el mundo, cruzando el Atlántico, el Pacífico y el Índico.

En julio de 2010, Panasonic anunció que había llegado a un acuerdo con Sanyo Electric Co., Ltd. para convertir Sanyo en una subsidiaria, propiedad al 100% de Panasonic a partir de abril del 2011, y que la marca Sanyo continuaría para ser usada en determinadas áreas de negocio y regiones del mundo.

Publicidad de Sanyo de 1962

Mientras tanto, por estas tierras, hubo que esperar algunas décadas, hasta 1982, para que Sanyo llegara en la Argentina. En el presente, Sanyo es accionista de Newsan, que produce en Tierra del Fuego. El grupo se formó en 1991, cuando se fusionaron Sanyo y la local Sansei. Tras la crisis de 2001, la compañía se afianzó en el mercado y ganó terreno en distintas categorías. La licenciataria convirtió a Sanyo en la primera marca en fabricar y comercializar pantallas LCD en el país.

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Y si bien, creo yo, Sanyo fue en nuestro país mucho más popular por sus televisores que por sus radios, en su porfolio de productos de audio había una extensa gama de productos orientados al consumo masivo, ¿Quién no recuerda sus minicomponentes?. Quizás por esta razón hoy día podemos encontrar con relativa facilidad en ventas de internet una buena cantidad de equipos de radio y audio emblemáticos de la marca. Pero de todo ese ecosistema hoy me quiero centrar en la pequeña radio AM modelo RP-1250 de mediados de los 70s y 80s.

Publicidad alemana de la Sanyo RP-1250
Reducido tamaño Sanyo RP-1250

A primera vista, su reducido tamaño podría generarnos dudas sobre su desempeño y hasta pensar en descalificarla como merecedora de un espacio en VintaRadio, sin embargo, como veremos, los ingenieros japoneses hicieron su magia, dejando de lado lo conocido hasta el momento, para lograr bajar costos, tamaño y consumo sin sacrificar prestaciones.

Portada del manual de servicio Sanyo RP-1250

Cabría esperar, por ser una radio de diseño en los años 70, que utilizara al menos algún transistor de germanio, pero no es así, sus 6 transistores son de silicio y obviamente de Toshiba, aunque Sanyo fue considerado al respecto y publica en el esquema su equivalente americano como un posible sustituto. Esta elección nos deja intuir que a pesar de ser una radio económica se optó por una tecnología más moderna y confiable.

Esquema Sanyo RP-1250

El diseño del amplificador de audio sin embargo contrasta con ese modernismo, y no es que esté mal ni funcione mal. Su topología es de lo más antigua que podemos encontrar en la electrónica, un push pull con transformadores de salida y driver, el de toda la vida. Pero aquí también, creo que la elección no podría haber sido más adecuada. Podemos criticarlo de antiguo, pero su eficiencia y eficacia no pueden ser superadas. Si, por el contrario, hubieran optado por un amplificador sin transformadores, además de necesitar un transistor más, habría sido necesario alimentar el circuito con más tensión que los reducidos 3V actuales, al menos deberían haber usado 3 pilas y llevarlo a 4.5V, con una clara reducción de eficiencia, aumento de costos y tamaño. Por lo tanto, la elección es la más indicada para el objetivo perseguido. Del mismo modo, los técnicos reparadores sabrán que este esquema es extremadamente confiable ya que es muy improbable que tengamos una rotura en alguno de los pequeños transformadores y si encima usamos transistores NPN de silicio deberíamos tener radio para rato.

Esta topología de audio se hizo popular con las Spicas, de hecho, es común que en la jerga se llame a los pequeños transformadores como “trafo de salida tipo Spica”. Por supuesto, en la Spica se usaban transistores PNP de germanio.

Un detalle no menor y del que carecen las Spicas es que la tensión de polarización de base del par de transistores de salida está estabilizada mediante un diodo de silicio (BAY41), algo simple de implementar y que habla de que un diseño, no por trivial, es de baja calidad. Sin duda esto mejora mucho la estabilidad y confiabilidad de funcionamiento.

Pero si la etapa de audio grita conservadurismo por todos lados en la etapa de FI hay un soplo de aire fresco.

Imagen de placa completa de la Sanyo RP-1250

Cuando pensamos en un circuito de frecuencia intermedia de una radio de AM transistorizada prácticamente damos por sentado que tendremos 2 etapas con sendos transistores y sus 3 transformadores interetapas. Bueno, replanteémonos eso.

Los 2 transistores están (2SC9011 F y G), y es natural, ya que de ellos depende la sensibilidad del equipo, haber quitado uno hubiera implicado una pérdida importante de sensibilidad y se ve que los diseñadores no la iban por ahí. Sin embargo, y salta a la vista, solo tenemos 2 transformadores de FI, uno en la entrada y otro en la salida, no hay transformador interetapa. Las dos etapas de FI se acoplan directamente sin ningún circuito resonante.

Evidentemente esto redunda en una reducción de costos y de tamaño, pero ¿Qué estamos sacrificando? Como ya dijimos, la sensibilidad, en principio, no está comprometida, no al menos de forma grosera. Sin embargo, donde más compromiso puede existir es en la selectividad ya que naturalmente el conjunto amplificador de FI no tendrá un Q (factor de mérito) tan bueno como si dispusiera de los 3 transformadores habituales. Esto implica que su ancho de banda puede verse ensanchado y no tener cortes tan abruptos en los laterales lo que podrían generar que emisoras contiguas se sintonicen mezcladas.

Pero, y el uso del condicional en este último párrafo no fue casual, aunque todo esto es verdad y lo abala la teoría, en la práctica, por tratarse de una pequeña radio con un mecanismo de dial de accionamiento directo sobre el tándem, este “defecto”, se ve minimizado por no decir que pasa completamente imperceptible.

Y es que, seamos sincero, esto podría ser un problema en una radio más grande, con un accionamiento del dial con poleas multiplicadoras como una Noblex Carina, pero aquí la selección de las emisoras se hace moviendo directamente una rueda solidaria al tándem con un desarrollo de 180 grados, por lo que es completamente improbable que un usuario normal tenga un tacto tan sensible que pueda sintonizar dos emisoras adyacentes (distantes 10Khz) con dicho mecanismo. Por otro lado, y hablando estrictamente del espectro en AM de Argentina, las emisoras tienen en general algo más de separación y aunque pudieran llegar a solaparse producto de esta merma en la selectividad este efecto no será muy notorio debido a que la emisora que esta por fuera de la sintonizada (en las bandas de caída del amplificador de FI) estará bastante atenuada y como mucho se escuchará de fondo si ella es muy potente.

En resumidas cuentas, eliminar este transformador interetapas puede parecer un sacrilegio imperdonable en el laboratorio, pero en rigor de la verdad tiene muy poca influencia práctica en esta radio en particular, así que yo lo apunto como otro acierto del diseño.

Como la ganancia de esta etapa de FI es bastante elevada es lógico que el control automático de ganancia (CAG o AGC) actúe sobre ella directamente y no en la etapa conversora.

En cuanto a la etapa conversora, construida alrededor del transistor T1 (2SC9011E), no hay grandes innovaciones aquí. Se trata de un oscilador realimentado entre colector y emisor mediante la bobina osciladora, de forma tradicional, y donde la señal útil ingresa a T1 desde su base para modular o mezclar dicho oscilador. Esto funciona bien y sin problemas.

Un detalle interesante, Sanyo resolvió toda la sección de radio con los mismos transistores, los CS9011, con la única salvedad de que uso diferentes versiones (ganancias) para cada etapa. Y puesto que estos transistores son bastante genéricos es muy fácil reemplazarlos por otros.

Y esto fue precisamente uno de los trabajos que tuve que hacer en esta radio que si bien funcionaba cuando la adquirí lo hacía con muy baja sensibilidad. Resultó que el transistor de la etapa conversora no estaba pasando por su mejor momento y lo reemplacé por un transistor BF494.

De todas formas, esta no fue la única reparación que necesitó. Los que estén acostumbrados a reparar este tipo de pequeñas radios sabrán que hay varios puntos que suelen ser fuente de problemas sea cual sea la marca de la radio:

  • Portapilas sulfatados.
  • Cables de parlante, pilas o bobina de antena desoldados.
  • Ruidos y problemas de falso contacto en el potenciómetro de volumen.
  • Ruidos y problemas de sintonía asociados al tándem.
  • Pistas cortadas en el circuito impreso.

Por supuesto, la lista podría continuar, pero en general, con esto tenemos más de la mitad de los problemas que pueden tener estas radios de bolsillo.

En este caso, tres de los cinco problemas estaban presentes. Salvo el óxido en el portapilas y pistas cortadas todo lo demás requería intervención.

Si usted tiene intenciones serias de dedicarse a la reparación de este tipo de radios es buena idea que se haga de un stock de estos pequeños potenciómetros con llave, los mismos que usa la Spica, de 5K ohms, y de algunos tándems de PVC porque son baratos, aun se consiguen y los amortizará en poco tiempo.

Potenciómetro y tándem de pequeñas radios
Controles de sintonía y volumen

Por supuesto, yo reemplacé tanto el tándem como el potenciómetro ya que presentaban fallas y ruidos en partes de su recorrido. Claramente, luego de sustituir el tándem, sea cual sea la radio, requeriremos, como mínimo, realizar una calibración tanto del barrido del oscilador local como del arrastre de la antena ajustando sendos trímeres del tándem. No está de más, y en este caso aún más por su sencillez, corroborar el ajuste de las etapas de frecuencia intermedia que, como la inmensa mayoría de radios importadas, su frecuencia de resonancia será 455Khz.

Un pequeño detalle, aunque ya he hablado mucho acerca del ajuste de las distintas etapas, no he mencionado algo que me parecía obvio pero que a juzgar por algunas preguntas no es tan así. Cuando ajustamos el arrastre (calibración del circuito de antena) en una radio con antena de ferrite como es el caso de las radios a transistores, tendremos que operar sobre dos puntos. El primero y más evidente es el trimer sobre el tándem de sintonía, pero con éste deberíamos ajustar el circuito en la parte alta de las frecuencias (entre 1000Khz y 1600Khz) típicamente en 1400Khz, sin embargo, en la parte baja de frecuencias (menor a 700Khz) deberemos deslizar la bobina de antena sobre la barra de ferrite, llevándola hacia el extremo o introduciendo la misma. Evidentemente, al mover la bobina sobre la barra de ferrite estamos alterando su valor de inductancia y por lo tanto la resonancia del circuito cambiará y nos obligará a volver a ajustar el trimer de antena. Este proceso es iterativo y es similar al que realizamos con la bobina osciladora y su trimer, aunque su finalidad completamente distinta.

Pequeño tamaños de Sanyo RP-1250
Salida de auriculares de Sanyo RP-1250

Conclusiones:

Esta pequeña y simpática radio claramente no es ni la primera ni la única y ni siquiera la mejor de las radios de bolsillo vendidas entre los años 70 y 80, pero es un buen exponente de un icono de la electrónica que llegaba del sol naciente por esos tiempos, fabricando de todo siempre con calidad e innovación y sin preconceptos. Al día de hoy continua en la mente de cualquier persona esa asociación de Japón con la novedad tecnológica además de alta calidad y precisión.

Su funcionamiento es muy bueno, sin espectacularidad obviamente, pero sin sombras, con un volumen de parlante más que suficiente y una sensibilidad adecuada para el tamaño de la radio. Si la hacemos competir con lo que estimo podría ser su rival natural, la Spica, yo creo que la iguala y hasta supera en algunos aspectos. En lo que se refiere a funcionamiento, calidad de audio y sensibilidad están igualadas, pero en algo le gana, su reducido tamaño y el hecho de usar solo dos pilas (la Spica usa cuatro) la hacen más económica de usar y práctica. Por otro lado, su peso también es menor y con plásticos más duros que la Spica con lo que es un poco más robusta y resistente a alguna caída. Una funda de cuero no le hubiese venido nada mal para ello, pero en rigor no es necesaria.

Y yendo al terreno personal, con este modelo tengo una anécdota. A mediados de los 80 cuando yo era un adolecente y ya perfilaba para la electrónica, mi viejo quiso regalarme una radio, pequeña, de bolsillo, personal, así que en un viaje a la ciudad fuimos al local de ventas y el vendedor nos mostró dos radios, una Spica fabricada en Argentina (no la ST-600 sino una versión posterior bastante menos glamorosa) y esta pequeña Sanyo. Por alguna causa (creo que el vendedor ayudó con una frase poco afortunada) nos decantamos por la Spica, un poco más grande, más gastadora de pilas, con plásticos más débiles, pero que tenía más años en el mercado y a mi viejo eso le decía que era mejor. Con los años, como muchos adultos, busqué una Sanyo RP-1250 para incluir en mi colección y rememorar la experiencia. Y de la Spica (hecha en Argentina) no quedan ni rastros porque resultó de una calidad bastante pobre.

En una rápida visita a los sitios de venta online se puede ver que aún es relativamente fácil conseguir comprar una (usada por supuesto) y como en general los vendedores no la tienen en el “radar de coleccionables” es muy probable que la consiga a precios bastante bajos, con lo que, en mi opinión, es una buena compra de una radio de bolsillo frente a alternativas nuevas.

Sanyo RP-1250
Sanyo RP-1250
Sanyo RP-1250
Sanyo RP-1250
Reparación Sanyo RP-1250

Enlaces:

https://es.wikipedia.org/wiki/Sanyo

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Un comentario sobre “Para el bolsillo del caballero, una Sanyo RP1250

  1. Avatar Alexis Etchepareborda

    7 septiembre, 2024 at 01:25 Responder

    Espectacular maestro. Como siepre impecable, completo y entretenido.

  2. Saludos desde españa, de un electrónico enamorado de las radios.

  3. Avatar monserrate soto carrillo

    4 septiembre, 2024 at 16:51 Responder

    Hola, gracias por esta leccion historico/tecnica. Personalmente la radio a transistores no es mi pasion aunque me atrae desde todos los angulos pero lo que si tengo que reconocer es el trabajo impagable de esta publicacion para dar a conocer unos equipos (en este caso un “transistor” muy popular) equipos que han echo historia. Una vez mas, Gracias.

    • Muchas gracias a usted por la lectura y por dejar su comentario, intento abarcar la mayor cantidad posible de radios, desde transistores a válvulas, y el mayor rango de público. Saludos

  4. Que linda página! con todos los detalles y el circuito incluido! los que vivimos los gloriosos 70 y 80 estamos muy complacidos!. Lindo motivo para continuar con esta valiosa iniciativa. Felicitaciones!

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