¡Lo sé!!!, nada tiene que ver Gardel con Emerson Radio and Phonograph Corporation.
Pero al pensar en el origen Neoyorkino de Emerson lo primero que se me vino a la mente fue:
Mary, Peggy, Betty, Julie rubias de New York, Cabecitas adoradas que mienten amor…
Victor Hugo Emerson, ingeniero de grabación y ejecutivo de Columbia Records, funda en 1915 la Emerson Phonograph Co. con fábricas en Chicago y Boston, dedicadas a la fabricación de fonógrafos. Para 1920 la compañía cae víctima de la recesión creada a partir de la primera guerra mundial y presenta quiebra. En 1922 pasó a manos de Benjamin Abrams y Rudolph Kanarak rebautizándola como Emerson Radio and Phonograph Corp. incorporando la producción de radios. Sin embargo, hasta 1932, la misma no tuvo una gran preponderancia, cuando introdujo el modelo de radio “Peewee”, un pequeño y económico receptor ideal para los norteamericanos golpeados por la gran recesión del 30.
Como reafirmaremos con futuras entradas, la marca tenía una destacada tendencia a fabricar modelos de radios de reducidas dimensiones a precios accesibles y aunque tuvo algunos modelos de alta gama, la sencillez y economía era su fuerte.
En este caso puntual me centraré en el modelo 561 de 1950 (compartía el chasis con el modelo 615, de exterior en madera mucho más lujoso).
La radio fue diseñada por Raymond Loewy para Emerson con un gabinete de bakelita (blanca o marrón). A diferencia de la mayoría de los aparatos en los que el acceso al chasis era por la parte posterior, en este caso, al mismo se accede desde abajo y eso le da una estética más refinada.
La primera impresión que tuve cuando esta radio llegó a mis manos es que se trata de una radio simple, linda y que por suerte su gabinete estaba sano, un poco sucio, pero sin rajaduras. Lo malo, le faltaba una perilla, y ese es un detalle importante a tener en cuenta cuando compren una radio vieja. Las perillas deben estar todas y ser las originales porque muchas veces es imposible conseguirlas y habrá que improvisar.
Como siempre, luego de desarmar, y en este caso es muy fácil ya que con solo desenroscar las cuatro patas el chasis queda libre, procedemos a la limpieza más grande. Mi recomendación para el chasis es que lo hagan con un pincel suave y una aspiradora. Eviten usar aire a presión puesto que la suciedad se puede meter dentro del tándem de sintonía y es difícil de sacar. El gabinete de bakelita se puede lavar con agua tibia y jabón siempre y cuando no haya partes susceptibles al agua como tela, cartón o partes eléctricas.
Una vez que el gabinete está limpio podemos darle brillo. Cada restaurador tiene su método, el que a mí me da buen resultado es usar cera automotriz como la que se usa para encerar la pintura del auto. No quiero dar marcas, pero la más económica que pueden comprar en cualquier pinturería va de maravillas.
Con las perillas no tuve suerte, no pude encontrar la que faltaba por ningún lado. La alternativa que encontré, que puede ser cuestionada por los más puristas, es realizar unas réplicas de otro modelo mediante la impresora 3D. Yo recomiendo tener siempre en cuenta esta opción ya que se pueden obtener muy buenos resultados sobre todo si están familiarizados con algún software de diseño. Para el acabado final basta con un poco de lija, imprimación para plásticos y pintura del color deseado.
El momento de limpieza del chasis es propicio para realizar también la primera inspección del estado general de la electrónica. Es conveniente quitar las válvulas, que suelen ser los componentes más frágiles, para realizar una limpieza un poco más a fondo con alcohol isopropílico.
Lo primero que salta a la vista en el chasis es el voluminoso autotransformador que le fue colocado, por fuera del diseño original, para llevar la radio de los 110V a los 220V que se usan en Argentina. Esto no es una sorpresa en absoluto, era habitual que los chasis diseñados para 110V se adaptaran para estas latitudes. Lo que sí sorprende un poco es que lo hayan hecho con un autotransformador, a mi juicio la mejor opción para ello, porque habitualmente se hacía con el agregado de una voluminosa resistencia en serie, con sus consecuentes problemas de temperatura y confiabilidad. Obviamente un autotransformador es el elemento más indicado para bajar la tensión por eficiencia y confiabilidad, por contra, es más costoso, ocupa más espacio y mayor peso. La mayoría de las radios de bakelita que han optado por reducir la tensión con una resistencia en serie acaban con la parte superior del gabinete rajada y muy deteriorada producto de la temperatura que ésta desarrolla.
Como regla general yo acostumbro a probar la totalidad de las válvulas en el Tube Tester y con ello tener una idea del estado de las mismas descartando filamentos cortados, cortocircuitos internos o simplemente baja emisión.
Esto es muy personal, pero yo prefiero siempre el circuito original aunque ello implique que deba utilizar la radio en 110V. Por esta razón decidí eliminar el autotransformador y colocar una ficha americana para la toma de red.
Una vez verificado el circuito, utilizando el transformador de aislamiento (ya haré una entrada del uso del mismo), procedí a un rápido encendido para evaluar algún otro problema.
Entiendo que muchos, por regla, optan por cambiar los capacitores. Yo me resisto a hacer esto de forma sistemática. Pero he aquí un ejemplo que les puede servir para mostrar su razón. Al encender la radio la misma comenzó a funcionar bastante aceptable, sin embargo, luego de algunos minutos observo que la válvula rectificadora empieza a aumentar su brillo de manera súbita. No llegue a apagarla a tiempo para evitar que se quemara. En un análisis del esquema me doy cuenta que él único componente que puede generar este efecto es C8, un capacitor de filtro de .05uF. Estos capacitores tienen la mala costumbre de ponerse en corto, a veces levantando temperatura. Moraleja: de haber cambiado los capacitores me hubiese evitado tener que cambiar una válvula que estaba buena.
Por último, ya con la electrónica operativa, solo queda hacer el ajuste de las etapas de FI y RF, en mi canal de YouTube pueden ver el video del procedimiento.
Conclusiones
En general, las radios Emerson con las que me he topado, no brillan por sus prestaciones y esta no es la excepción. Funciona bien, con buena sensibilidad, pero sin ser extraordinaria, el sonido es el punto más débil, pobre de bajos y algo distorsionado a bajo volumen producto de un parlante de baja calidad más que de su electrónica.
En donde sí puede sobresalir esta radio es en su diseño exterior, una estética bien de los 50, pulcra y a la vez compacta y sólida. A mi criterio mucho mejor lograda que otras radios de alta gama.
El lugar de la casa donde esta radio se destacaría es una cocina, para uso diario y continuo.
Enlaces
2 enero, 2024 at 01:36
Encontré un radio de este modelo que fue de mi padre, deseo hacerle funcionar pero le falta 3 tubos. 2 válvulas 6SS7 y una 12SG7 del resto no aprecio ninguna desconexión. Favor si me pueden ayudar con información sobre donde conseguir. Su página me parece espectacular. Saludos
2 enero, 2024 at 08:36
Hola, para consultas técnicas tenemos el foro https://vintaradio.com/foro/ que es el medio más ágil para entablar una conversación. Si está buscando comprar las válvulas faltantes depende de su ciudad y país, en todo caso en ebay o Mercado Libre siempre se pueden conseguir usuarios que venden válvulas tanto nuevas como usadas